El Banco Santander está en un momento de impás, marcado por la llegada de su nuevo consejero delegado, el italiano Andrea Orcel, que ha sido nombrado a instancias de los fondos y que llega para realizar una cirugía profunda en todo el grupo. Por cierto, su nombramiento ha sorprendido en la casa porque, efectivamente, Orcel trabajó para el Santander de Emilio Botín, y doña Ana no se ha caracterizado, precisamente, por contar con antiguos colaboradores de su padre. En cualquier caso, Orcel no llegará en enero, como estaba previsto inicialmente, sino en marzo, seis meses después del anuncio realizado por el Santander. Y le esperan con ciertos recelos: nadie entiende el relevo de José Antonio Álvarez y menos aún que el sustituto venga de fuera del banco, no sea español y, encima, venga de un banco de inversión.

La otra gran tarea del nuevo CEO será poner en marcha el plan estratégico 2019-2021

Sí, el nuevo CEO llegará en marzo. Y es que la entidad suiza UBS -Orcel forma parte de su comité ejecutivo- tiene unas normas muy estrictas acerca del ‘trasvase’ de sus directivos a la competencia. Así, el directivo que quiera mudarse debe avisar con seis meses de antelación, plazo que Orcel cumplirá en marzo.

Por cierto, Andrea Orcel era el máximo responsable de la OPV de Bankia por parte del banco colocador y asegurador, UBS

Curioso, en cualquier caso, que UBS, un banco fundamentalmente de inversión, considere al Santander -banco minorista- como competencia directa. ¿Será que el Santander quiere dar un golpe de timón? Por cierto, se ha hablado mucho de la participación de Orcel en operaciones de otros bancos y empresas como Endesa o Telefónica, pero poco se ha dicho sobre su responsabilidad en la OPV de Bankia. Sí, Orcel era el máximo responsable de UBS, el banco colocador y asegurador de la salida a bolsa, en la que también participaron Deutsche Bank y Merrill Lynch.

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Orcel tomará posesión de su despacho en marzo, justo a tiempo para participar y dirigir las negociaciones del Santander con los sindicatos de cara al ajuste tras la absorción del Popular. Un ajuste que no se llevará a cabo hasta la integración tecnológica, prevista en verano. La otra gran tarea del nuevo CEO será poner en marcha el plan estratégico 2019-2021 que no se presentará antes de su llegada. Lógico, pero hasta entonces, el Santander continúa a la espera.

Además, los buenos resultados conseguidos por el ceo saliente, José Antonio Álvarez, otorgan tiempo al grupo bancairo. La inercia, en este  caso, juega a favor.