No vino Emmanuel Macron sino su primer ministro, Édouard Philippe
No vino Emmanuel Macron, sino su primer ministro, Édouard Philippe. Se trataba de oficializar el fin de ETA y, sobre todo, de que el presidente del Gobierno, que disfruta mucho con los compromisos de raigambre internacional, se colara como uno de los hacedores de la victoria contra ETA. Tanto es así, que, como ya hemos explicado, los presidentes del PP, José María Aznar y Mariano Rajoy, se negaron a acudir al acto, al igual que alguna asociación de víctimas del terrorismo.
El presidente del Gobierno enloquece: «Teníamos con nosotros a muchas democracias europeas. Sobre todo, a Francia». Mentira
Para entendernos, Pedro Sánchez se apunta a la victoria sobre ETA mientras el PNV le chantajea e inicia el ‘procés 2’. Es más, un día antes, el presidente del PNV había amenazado al PSOE. Al igual que traicionaron a Mariano Rajoy, podrían traicionar a Pedro Sánchez. Ojo al dato: “El tiempo pasa y la paciencia se agota”, advierte Andoni Ortuzar.
Pero el inquilino de Moncloa, a lo suyo.
El lehendakari Íñigo Urkullu se coló en el acto, a pesar de la postura tibia del PNV mientras ETA estuvo activa
El presidente del Gobierno enloquece: “Teníamos con nosotros a muchas democracias europeas. Sobre todo, a Francia”. Mentira. Francia tardó una eternidad en luchar contra el santuario etarra en el sur de Europa. Decían que España no era una democracia, como si esto fura una excusa para detener a terroristas. Pero los franceses temían que los enloquecidos etarras se revolvieran contra ellos y se burlaban de España.
Y tras el ultimátum a Sánchez: le obligó a levantarse al sonar el Aurresku
Volvamos a Madrid y al presente. El lehendakari Íñigo Urkullu se coló en el acto, a pesar de la postura tibia del PNV mientras ETA estuvo activa. Porque toda la práctica peneuvista durante la lucha contra ETA lo resumió Xavier Arzallus con su genialidad: “Unos menean el nogal y otros recogemos las nueces”.
Pero sí: al parecer ETA se acabó. La derrotaron los españoles y no hay que pagar un precio por la victoria.