- Las cuentas de GNF no han sido todo lo boyantes que cabía esperar por el negocio en el país hispanoamericano.
- Chile es la cara y la cruz: el beneficio neto se ha reducido un 11,7%, hasta 1.094 millones, pero el Ebitda ha crecido un 10,87%.
- Las amortizaciones y pérdidas por deterioro han crecido un 12,9%, hasta 153 millones.
- La deuda se sitúa ya por encima de los 16.000 millones, con un ratio de endeudamiento del 46,9%.
Gas Natural Fenosa (GNF) se ha sumado este miércoles a la secuencia de presentación de
resultados de las principales sociedades cotizadas del Ibex. Lo ha hecho, al margen del sus resultados contables que luego veremos, envuelta en las especulaciones sobre su inversión en
Chile y las dudas sobre la conveniencia de aumentar la exposición inversora en ese país por su situación económica. Lo reconoció el propio consejero delegado,
Rafael Villaseca.
Pero veamos dónde se ha metido GNF en Chile. El año pasado lanzó una OPA por el 100% de
Compañía General de Electricidad (CGE) y a finales del ejercicio ya controlaba el 97,4%.
Esa compañía posee cerca del 40% de la distribución eléctrica del país y controla la mayoría de
Gasco, una de las principales distribuidoras gasistas, controlada también por
Metrogas. Y en los últimos meses, GNF Chile ha conseguido, además, aumentar su participación en Metrogas hasta el 60,17%.
Pero el problema está en las dudas que genera ese país, con una inflación del 4,63% en septiembre, frente al 1,95% de hace un año.
Villaseca se mostró esperanzado de compensar las posibles pérdidas por la devaluación monetaria con el aumento de tarifas. Pero han sido finalmente los resultados en ese país los que han impedido que la cuenta de resultados de GNF no haya sido, a finales de septiembre, todo lo boyante que cabía esperar.
El
resultado neto se ha reducido un 11,7% tras la incorporación al perímetro del negocio chileno. Queda así en 1.094 millones, 145 menos que en 2014, a pesar que el
Ebitda ha crecido un 10,87%, precisamente por negocio chileno.
Discrepo de la explicación dada por la compañía para la justificación de esta caída del resultado. Si bien en 2014 contó con las plusvalías de la venta del negocio en
telecomunicaciones, en 2015, las amortizaciones y pérdidas por deterioro han crecido un 12,9%, hasta 153 millones, y el resultado financiero presenta un resultado negativo que ha crecido en 107 millones, un 18,2%.
La última cifra, probablemente, por el aumento de sus
deudas en 774 millones (a esto lo llaman normalización), que se sitúan ya por encima de los 16.000 millones, con un ratio de endeudamiento del 46,9% y una vida media de la deuda de cinco años.
Precisamente sobre este punto, la compañía anunció ayer mismo la concesión de un préstamo de hasta 900 millones para aumentar la penetración del gas natural licuado en el mercado español, donde representa un 28%, mientras que en países de la CEE como Francia o Italia alcanza un 42% y un 88%, respectivamente.
Como comentario a los últimos rumores de los mentideros financieros, me haré eco de las últimas declaraciones del consejero de Repsol,
Josu Jon Imaz, en las que dejó caer las intenciones de Repsol de una mayor integración con GNF, mediante la ampliación del 30% que ya posee. Sólo sería posible con el acuerdo de
Caixabank, que posee el 34% de GNF y unos acuerdos de control conjuntos.
Momentos pues de
incertidumbre para la compañía gasista, que debe esperar la evolución de sus inversiones en Chile. Hasta el ministro de Economía de ese país dedica todos sus esfuerzos a
promocionar la compra de la deuda pública, ya que la burbuja en los países emergentes parece haberse
pinchado, justo cuando GNF estaba apostando por Chile.
Rodrigo de Silos
rodrigrode@hispanidad.com