- Las constantes aportaciones a imprevistos (OPS, cláusulas suelo) reducen a mínimos la capacidad de devolución del capital público.
- Y todo esto presiona aun más a Goiri para seguir reduciendo gastos.
- Los de personal han caído un 2,4%, pero con este margen de intereses parece insuficiente.
- Solo la seriedad en las coberturas permite que el mercado trate con buenos ojos la evolución de la acción.
- Pero esto no es lo que Goiri soñaba.
Era evidente que la entidad dirigida por
José Ignacio Goirigolzarri no iba a poder cumplir los plazos comprometidos por el gobierno para la total privatización del banco, que en un principio estaba fijada para este 2017.
La situación de la acción en bolsa que, después de haberse visto de forma esporádica en los últimos días ligeramente por encima del euro, durante gran parte del año ha mantenido una tónica de 0,70€, 0,80€ y solo desde principios de diciembre estuvo por encima de 0,90€. Mientras,
la situación judicial continúa revuelta con el caso de las tarjetas 'black'.
La devolución de las ayudas recibidas continúa a un ritmo realmente bajo, ya que hasta la fecha solo se han pagado 1.826 millones de euros (M€) de los 22.424M€ recibidos. De la misma manera que
otro de los grandes bancos está reajustando sus oficinas, Bankia está también en ello con una previsión de cierre de 108 sucursales hasta abril. Solo la fortaleza de su capital, con un ratio CET1 del 14,4%, que es el mayor de las entidades cotizadas,
una cobertura de morosidad del 55,1% y un ratio de eficiencia del 47,7% representan la parte positiva de su situación actual. Parece evidente que, ante esta situación, lo más sensato haya sido la decisión tomada de prorrogar por dos años, hasta 2019,
el plazo para la privatización de Bankia y así poder recuperar el máximo de las ayudas públicas concedidas.
Una vez planteada esta pequeña introducción, vemos que el
resultado registrado al cierre del 2016 ha ido en la línea del cierre a septiembre, y que representa la tónica del ejercicio, ya que las limitaciones de negocio de la entidad 'castigan' de forma especial su capacidad de generación de beneficios en el contexto de tipos actuales. Así, el resultado registrado a diciembre ha sido de
804M€, frente a los 1.040M€ alcanzados en 2015, un 22,7% menos, pero con matices.
Como hemos ido advirtiendo a lo largo de este ejercicio, en la comparativa
se ha de tener en cuenta la salida del City National Bank (CNB)
de Florida, por lo que puede resultar más ilustrativo que el beneficio antes de impuesto ascendió a 804M€ que representa un 8,4% menos sin tener en cuenta al CNB.
Por las limitaciones de Bankia, el margen de intereses se hace especialmente significativo, y en 2016 ha obtenido un resultado de 2.148M€, que ex CNB suponen un descenso del 18,1%.
Situación a la que se llega, aparte de por los ya recurrentes "entorno de tipos de interés y bajada de rentabilidad de los bonos de la Sareb",
por la decisión adoptada en enero de eliminar las comisiones a clientes con su nómina o pensión domiciliada en la entidad, lo que ha reducido esta partida en un 12,2%, es decir, 106M€ netos menos que en 2015.
Los gastos de administración han descendido un 4,4%, que a mí, personalmente, me parece una reducción justita para una entidad que debería estar en
reestructuración casi permanente. Veremos después de abril cómo impactan los nuevos cierres de oficinas.
Las provisiones para insolvencias han ascendido a 501M€, un 30% menos que en 2015 y la tasa de morosidad se sitúa en el 9,8%, un punto porcentual por debajo del año anterior, con una tasa de cobertura del 55,1%, 4,9 puntos porcentuales menos.
El saldo de dudosos al cierre asciende a 11.476M€, que representan 1.519M€ menos. A estas provisiones para insolvencias se han añadido, a lo largo del ejercicio,
94M€ para contingencias por la sentencia de las cláusulas suelo de las hipotecas, que en el momento alcanzan los 114M€ y que se prevé que en el caso de que se hubiese de pagar desde el inicio, tendría que dotar 100M€ adicionales.
Las previsiones generalizadas es que este ejercicio del 2017 va a ser intenso para Bankia. Primero, parece que puede ser el año de la decisión de si absorberá o no a
Banco Mare Nostrum (BMN), al que se le ha prorrogado también en dos años la
desinversión pública, o entrará o continuará en la
rueda de la rumorología con el Popular puesto en la proa. Se verá también si con la caída mantenida de los márgenes,
el incremento de las inversiones en la clientela le permitirá continuar con los dividendos que le facilitan ir amortizando la ayuda recibida.
Mientras, este lunes ha anunciado un
procedimiento exprés para devolver las cláusulas suelo con dos opciones: ingreso de los importes o amortización de capital de la hipoteca. Y es que
Bankia está dispuesta a no generar más conflictos de los ya generados y dedicarse a hacer banca y a pagar lo que debe.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com