- De esta forma, el grupo sería más pequeño pero más solvente y rentable.
- Y los alemanes se lo agradecerían mucho: no les gustan los españoles.
- Lo mejor de ACS: la deuda disminuye un 33,9%, hasta los 3.880 millones de euros.
- Gracias, como siempre, a la jibarización (ventas).
- La previsión de ganar 1.000 millones en 2016 resulta muy difícil de creer.
Es el todo o nada. El negocio constructor no funciona en España, así que hay que buscar las castañas fuera. Ojo, no con proyectos concretos –la construcción en el extranjero apenas deja margen alguno- sino con empresas en el extranjero… que no es lo mismo. Vender
Hochtief sería renunciar a la joya de la corona pero, al mismo tiempo, permitiría a
Florentino Pérez (
en la imagen) olvidarse de todas las zancadillas que le han puesto los alemanes, que entienden la libertad de movimiento de capitales de forma unidireccional. Es decir, cuando ellos son los que invaden y no cuando son los invadidos.
En este contexto,
ACS ha presentado este viernes los
resultados de los nueve primeros meses del año. Y lo primero que vemos es que no convencen en bolsa, donde la cotización ha caído un 2,98%. Y eso pese a que los resultados tampoco están tan mal, aunque los haya obtenido especulando con otras monedas. Es la ventaja de internacionalizar el negocio. El crecimiento de actividad en Estados Unidos y la revalorización del dólar frente al euro en los últimos meses por culpa de la invasión monetaria, hace que
Florentino deba dar más gracias al Banco Central Europeo que a su desarrollo del negocio. No obstante, también es cierto que tener un 39% de las ventas en Norteamérica ayuda, y mucho. Seguramente este año no es el más adecuado para conseguir concesiones en nuestro país que permitan mejorar su presencia el mercado de infraestructuras español.
De enero a septiembre, el aumento de las ventas en un 3,6% ha derivado en un incremento del ebitda del 4,7%, hasta los 1.816 millones de euros, que deriva en un ebit de 574 millones, esto es, un 4,2% más de beneficio atribuible respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. El crecimiento de los datos, bien nos indica la entidad, está afectado sobremanera por la venta de los activos de energías renovables en el primer trimestre de 2015, activos que empiezan a no ser rentables más allá de en la caja de la entidad, y eso aunque Carmena no nos deja aparcar en el centro, aunque sea para visitar el Estadio Santiago Bernabeu.
Por cierto, se nos olvidada, su beneficio neto atribuible se eleva a 574 millones, advirtiendo la entidad que quiere obtener un beneficio de 1.000 millones en el año 2016. Mucho tendrá que esforzarse, dado que dicho dato supone un aumento del 40% de la ganancia de 717 millones con los que cerró el ejercicio 2014. En alguna medida el beneficio antes de impuestos de operaciones continuadas ya está cerca, en una cifra de 1.108 millones.
Eso sí, parece que la cartera la tienen a buen recaudo. Un aumento del 3,7% de la cartera global, y especialmente en la proporcional referente a la participación de las entidades operativas conjuntas y proyectos no consolidados globalmente en el grupo con un aumento del 16,5%, parece una buena noticia.
Esta noticia se acompaña de una deuda neta de 3.880 millones de euros, un 33,9% menor que la del año pasado. Esta mejora cercana a los 2.000 millones de euros desde septiembre de 2014, se debe a un incremento de generación de caja de las operaciones, con una mejora de las operaciones en Australia –ahora entiendo la reciente gira del R. Madrid por aquellos lares– tanto en márgenes como en la gestión del capital circulante, y a la política de desinversiones ejecutada por el grupo, con la venta, a finales de 2014, de John Holland y Leihton Services, por un valor conjunto de 900 millones netos de impuestos y, sobre todo, por la venta de los activos renovables por parte de Servicios Industriales, con la salida a bolsa de Saeta Yield y el acuerdo con GIP.
En este orden de cosas y en relación a sus datos contables que, de momento, no pintan mal, debemos recordar que el grupo
ACS compró 4.050.000 acciones de
Hochtief AG, representativas del 5,84% de su capital social, a 77 euros la acción, alcanzando un 70% de su capital social ajustado por la autocartera (un 66,5% sin tal ajuste). Ahora, la entidad amenaza con aumentar la participación en la constructora alemana, en la que entró en el año 2007, pero sin tiempo o porcentaje concreto, sin prisa, pero sin pausa.
Recordemos que
Florentino tiene intención de sanear la filial alemana para que, conjuntamente con el saneamiento de la empresa
Cimic australiana –antigua
Leighton– mejore sustancialmente sus márgenes. Con el impulso del mercado internacional parece querer impulsar lo que con los contratos en nuestro país no puede conseguir: mayor fama mundial y alguna gira deportiva. Las manchas del caso Púnica se lavan fuera (recordemos Cofely).
Ahora bien, la duda es para qué quiere seguir aumentando su participación si con el porcentaje que ya ostenta controla la filial. No sabemos lo que pensarán los demás inversores acerca de la posible intención de Florentino de jugar al Monopoly con sus negocios, si lo que hay detrás de todo esto es la afición por comprar y vender jugadores… perdón, queríamos decir empresas. De todas maneras que no se quejen, el beneficio atribuible a los minoritarios se eleva a 235 millones de euros, principalmente a los provenientes de Hochtief AG. Interesante será analizar el comportamiento patrimonial de los alemanes.
Hochtief AG
En esta situación, y asumiendo una posición cómoda en el accionariado de
Hochtief AG por parte de
ACS, el análisis de los resultados de la saneada, a medias, empresa alemana de construcción, resulta atractivo. Sus resultados son mejores de lo esperado, al menos con los datos presentados. Quizá en Alemania consiga
Florentino los éxitos corporativos que no puede alcanzar en la maltrecha España que nos queda.
En concreto, el resultado neto operativo de
Hochtief hasta septiembre supone un aumento del 45%, hasta los 190 millones de euros, con una mejora de los márgenes operativos del 2,3 al 2,8%, con una contribución homogénea de todas las divisiones.
La entidad reconoce un aumento de su ebit en los nueve primeros meses del año en un 26,7%, hasta los 592,3 millones de euros respecto a los 467,6 del ejercicio anterior, muy cerca de los 729,1 millones de cierre del año 2014. Ello deriva en un resultado antes de impuestos de 454,3 millones, un 24,4% más. Lo que resulta espectacular es el cambio de su
cash flow procedente de las operaciones, hasta los 434,1 millones de euros, un 508% más que en el mismo periodo del año anterior; o un
free cash flow de 1.157,2 millones de euros, que contrasta con el dato de –309,7 millones del año anterior, por lo que el Ceo, D. Marcelino Fernández Verdes, debe estar especialmente contento con la evolución de sus negocios. Cuando termine el proceso de reestructuración todo parece apuntar que podrá compartir las máximas funciones ejecutivas de
ACS con
Florentino con un flamante cargo de consejero delegado del grupo.
Lo interesante de los datos anteriores proviene del leve aumento de las ventas, sólo un 0,6% más y de las nuevas órdenes que se ven incrementadas en un 7,8%. El comportamiento positivo lo alcanza en el continente americano con aumentos de actividad de hasta el 25,7%. En Asia y en Europa la caída de actividad del 15,6% y del 12,4% respectivamente refleja que no todo es bueno en el funcionamiento del mercado y que el efecto dólar también se produce en la filial de
ACS. Los resultados en Europa de la empresa permanecen aún en saldos negativos, con un valor de –13,1 millones de euros aunque con tendencia creciente, al partir de los –54,1 del mismo periodo del año anterior, obteniendo sus beneficios tanto de la zona del Pacífico, a ambos lados del océano.
Con estos datos todo parece indicar que la entidad alemana mejora poco a poco su comportamiento y alcanza los objetivos de sanear su actividad. Su patrimonio refleja una caída importante de los pasivos financieros a corto y largo plazo, en un entorno de adelgazamiento de su balance con una reducción de más de 2.000 millones de euros. Se puede convertir en un auténtico chollo para Florentino si se decanta al final por venderla. Más rentable, más pequeña y con una buena cotización bursátil.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com