- Con la maternidad subrogada el niño no sabe quién es su madre, si la que puso el óvulo (la genética) o la que puso el vientre (gestante).
- La ley portuguesa privilegiará la relación con la madre genética. A la otra se la paga en dinero, que para eso es proletaria.
- Pero, con gran cinismo, limita el contacto de la madre gestante con el bebé al "mínimo indispensable" por los "potenciales riesgos psicológicos y afectivos" que esa relación supone.
- La ley también asegura que los intereses del niño deben prevalecer por encima del resto.
- Y cuando el día de mañana el niño pregunte cómo se gestó, o gestionó, su venida al mundo, ¿qué le dirán?
La coalición ultraizquierdista, frente populista, que gobierna en
Portugal, un modelo, por cierto, para el socialista
Pedro Sánchez -es lo que quiere hacer en España-, ha aprobado la ley que
autoriza el acceso a los vientres de alquiler para las mujeres estériles. Y entra en vigor esta semana, después de que el decreto que regula su aplicación fuese publicado en el Diario de la República, recoge
La Vanguardia.
La norma permite el acceso a los vientres de alquiler a las mujeres con problemas de infertilidad, que hayan nacido sin útero o con alguna lesión que les impida quedarse embarazadas.
La pareja que quiera acceder a este procedimiento deberán acudir a un centro de reproducción asistida, público o privado, para que sea probada la infertilidad de la madre genética y la situación psicológica de la madre gestante, que no recibirá ningún pago a excepción de los gastos médicos.
La ley, con gran cinismo,
limita el contacto de la madre gestante con el bebé al "mínimo indispensable" tras su nacimiento, debido a los "potenciales riesgos psicológicos y afectivos que esa relación supone, sin perjuicio de las situaciones en las que la gestante de sustitución es un familiar próximo".
En todo caso privilegiará la relación con la madre genética y establece que los intereses del niño deben prevalecer por encima del resto. Pero, con el 'vientre de alquiler', el niño no sabe quién es su madre, si la que puso el óvulo (la genética) o la que le gestó en su vientre (gestante). Así que, cuando el día de mañana el niño pregunte por cómo se gestó su venida al mundo, ¿qué le dirán sobre 'sus intereses'?
A lo mejor le interesaba venir al mundo sin ingeniería genética, como cualquier otro niño...
No todo vale en biología. El vientre de alquiler equivale a tratar a las madres, al padre (del que nunca se habla) y a los embriones humanos como 'cosas', no como seres humanos merecedores de respeto a su dignidad humana.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com