Lo peor que se puede hacer en cualquier orden de la vida es no aprender de la experiencia, pensar que lo sabemos todo y que lo pasado es pasado y no sirve para nada. Eso se llama no hacer los deberes, y el fracaso está asegurado, aunque haya momentos en el trayecto que parezca que se ha alcanzado, o se puede alcanzar, el éxito.

Y si es en la política, hay que tener en cuenta dos cosas: la política es sucia “per se”, pues las tentaciones son mayores cuanto más alto se suba, y es muy fácil ensuciarse. La otra es aquel axioma que también se aplica en los negocios: “paso corto, vista larga y mala leche”.

Bien, los dos “partidos emergentes” que iban a regenerar la política de nuestra nación no han sido ni prudentes ni humildes y los dos están ya en camino de su extinción; pues han despreciado la experiencia de sus mayores, que ya tenían y tienen el colmillo retorcido.

Ciudadanos (Cs). Vengo diciendo hace tiempo que el centro como partido político no existe ni puede existir, sino como un partido pequeño, pero no de gobierno; salvo en casos excepcionales y por muy poco tiempo, en coalición con uno mayor. Lo explico en mi libro La España políticamente correcta (Parquelagos Editorial) en el capítulo Centro: ¿Cómo puede caber aquí tanta gente?

Olvidó para lo que nació, y desde ese momento en que relegó su objetivo primigenio y para lo que había nacido escuchando cantos de sirena interesados, firmó su sentencia de muerte. Era cuestión de tiempo.

A Podemos (UP) le ha perdido lo mismo que al anterior, pero peor. Se ha corrompido rápidamente, lo que era lógico al ser un partido comunista. Y Europa, por tanto España, no es Sudamérica. Añadiendo la prepotencia y que en un partido de esas características “solo puede quedar uno”. Y por una maniobra estúpida de su hermano mayor, los socialistas, su caída se pude precipitar. Siempre pensé que Iglesias acabaría como Daniel Cohn-Bendit, calentando un asiento, en el Congreso de España o en el Parlamento Europeo. Ya no lo tengo tan seguro. Lo que si tengo claro es el comienzo de su declive político.

Creo honradamente, después de vivir en esta España de Dictadura y Democracia; por pertenecer a una generación difícil de igualar en su vivencia, que en una Nación, (no me gusta lo de país) como la nuestra o la francesa, inglesa, italiana, alemana; la Democracia solo sobrevivirá con dos partidos hegemónicos y dentro de un contexto no ideologizado.