- Los dos son muy ejecutivos, es decir, mandan mucho.
- Y el Ceo de Jazztel, ahora también Ceo adjunto de Orange, no tiene nada que perder en caso de colisión con el francés.
- En cualquier caso, Vignolles sigue buscando su regreso a Francia.
- El nombramiento de Fabienne Dulac como presidenta de Orange Francia le ha cerrado esa puerta.
- En su día, Vignolles aspiró a suceder a Stéphane Richard como presidente de todo el grupo.
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Y hay caminos y caminos. Y el que van a emprender juntos -que no revueltos-
Jean Marc Vignolles (
derecha) y
José Miguel García (
izquierda), se presenta de lo más interesante. No tanto por el camino en sí -la integración de
Jazztel en
Orange y la expansión posterior- como por el modo en el que lo van a recorrer.
Me explico.
Vignolles, consejero delegado de
Orange España y, a partir de ahora, también Ceo de
Jazztel, es un hombre muy ejecutivo, esto es, manda mucho. Lógico. Desde 2007, cuando sustituyó a Belarmino García al frente de
Orange España,
Vignolles ha llevado a la filial española hasta su posición actual. Y eso, con sus aciertos y errores, no se logra sin una determinación clara.
Junto a él, el Ceo de
Jazztel,
García, que, a partir de ahora, también es Ceo de
Orange España. El problema es que
García también es muy ejecutivo, esto es, manda mucho. Y también es lógico. Ha sido el artífice de la actual
Jazztel, y eso no se logra tomando chupitos en el bar.
Pero entonces, tenemos a dos Ceos, muy hechos a sí mismos, cada uno con sus modos de trabajar y, sobre todo, de mandar, al frente de
Orange-
Jazztel. El choque está prácticamente asegurado. Además, en la situación actual,
García tiene poco o nada que perder. Se ha embolsado una millonada, y no sólo por su 0,2% de la operadora. En 2014 ganó, por distintos conceptos, hasta 17 millones de euros. ¿Qué le retendrá si los choques con
Vignolles son cada vez más grandes? Nada, a menos que Vignolles deje España para volver a Francia y él se quede como único número uno.
De hecho, el francés sigue buscando la manera de volver a su país. Ahora bien, no lo hará para ocupar un puesto de menor calado. Y el de presidente de
Orange Francia no lo es. Lástima que en mayo, Fabienne Dulac se le adelantó. Puerta cerrada. Otra posibilidad que también se frustró fue la de sustituir a Stéphane Richard como presidente de todo el grupo. Fue reelegido en marzo de 2014 y hasta 2018. Una espera demasiado larga. De momento, Vignolles y García, García y Vignolles, se tendrán que entender.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com