- El Banco de Portugal se da un año más para venderlo y empieza de cero: pedía demasiado dinero.
- Al final, no ha llegado a un acuerdo ni con los chinos (Fosun y Anbang) ni con Apollo y deja la solución para otra legislatura.
- La banca está dejando de ser un negocio en toda Europa.
- Portugal se añade a la lista de rescates bancarios fallidos, como ya ha sucedido en Reino Unido con Royal Bank of Scotland.
- Los gobiernos de la eurozona han destinado 800.000 millones al sector financiero entre 2008 y 2014 y sólo han recuperado el 40%.
Que el
Banco de Portugal pedía mucho dinero por
Novo Banco, creado en agosto del año pasado con los activos
saludables del rescatado
Banco Espirito Santo (BES), no es ningún secreto. Fue la principal razón por la que dejaron de pujar los bancos españoles. Sólo el
Santander perseveró algo en el empeño, como
Caixabank, pero en este último caso por un compromiso entre caballeros con el
BPI, que luego se quedó en agua de borrajas.
La idea era venderlo antes del verano y esa idea ha fracasado finalmente por falta de acuerdo con los tres finalistas. Dos de ellos son chinos,
Fosun y
Anbang, con problemas coyunturales con
denominación de origen (la crisis en su país), y el otro un fondo de inversión americano,
Apollo. Para los primeros, Portugal es una
puerta de entrada en Europa y para el segundo, una oportunidad de especulación. Pero para los tres, el precio es demasiado elevado: 4.900 millones de euros.
La
crisis china ha dejado una secuela en Portugal, como es obvio, pero es igualmente cierto que Novo Banco tampoco ha despejado las dudas, ni en sus cuentas ni en su saneamiento. Ni sus
activos eran tan buenos como decía el Banco de Portugal ni sus pérdidas han menguado desde enero. Al contrario: están en 450 millones de euros.
Así las cosas y con el plazo que se ha dado el Banco de Portugal, la privatización se colará indefectiblemente en la campaña para las próximas
elecciones. Es la otra lectura que sobrevuela en esa decisión. Habrá pelea entre el actual gobierno de centro derecha de PSD-CDS y los partidos de la oposición. Y en eso han influido dos de los principales bancos del país,
BPI,
que ha provocado no pocos problemas a Caixabank, y
BCP. Esos dos bancos piden que Novo Banco pase, en noviembre, la prueba de los
test de estrés del
BCE, por la que no pasó en 2014, y a partir de ahí se puede saber mejor si necesita ser recapitalizado y en qué medida y, desde ahí, ajustar el precio de venta.
Dos consideraciones inevitables. La primera, la dificultad de recuperar el dinero que cuestan los rescates de entidades que debían haberse dejado quebrar, no salvándolas a toda costa a base de
dinero público. En ese sentido, el rescate del BES fue
peculiar, pero tiene la misma traza de lo que puede suceder en España con
Bankia o
BMN, por ejemplo, o lo que ya pasó en el Reino Unido con
Royal Bank of Scotland. Alguien sopla con ingenio: ¡pierdan toda esperanza de recuperar el dinero!
En otras palabras,
el Estado podría salir escaldado de la privatización de Bankia y BMN, del mismo modo que
Londres salió escaldado del primer intento de venta del rescatado Royal Bank of Scotland.
El
BCE ha informado este miércoles precisamente de que los gobiernos de la eurozona han destinado 800.000 millones de euros al sector financiero entre 2008 y 2014 y sólo han recuperado el 40%, menos de la mitad ¡después de ocho años! Esas ayudas equivalen al 8% del PIB de la eurozona.
Las tasas de recuperación son particularmente bajas en Irlanda, Chipre y Portugal y relativamente altas en Holanda. En el caso español, esas ayudas fueron responsables de un aumento de 5 puntos porcentuales de la deuda.
La segunda consideración, también inevitable, sobre la fallida venta de Novo Banco, apunta a otra dirección: la puesta en cuestión de propio negocio bancario en Europa, que cada vez es menos negocio. Lo comentábamos ayer martes a raíz de los
drásticos recortes en Deutsche Bank y Unicredit, que mandarán a la calle a 33.000 empleados.
La banca se escora hacia un modelo que nada tiene que ver con Novo Banco, en este caso,
banca domestica y de servicios, frente a
banca de inversión y de gestión de patrimonios. Los tres aspirantes a comprar el banco portugués funcionaban con el mismo esquema que el
Deutsche Bank y para ese modelo Novo Banco no es la mejor opción.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com