Nissan ha decidido dejar de fabricar coches en España, una muy mala noticia y más en estos momentos de crisis económica debido al coronavirus que vivimos. Hasta ahora, era la única marca asiática que lo hacía en nuestro país, y tras el anuncio del cierre de las tres plantas de Barcelona (Zona Franca, Montcada i Rexac y Sant Andreu de la Barca), conviene recordar que a las firmas de dicho continente les gusta mucho más vender aquí que producir y crear empleos: suponen el 25% de las ventas.

En concreto, el año pasado, 16 marcas asiáticas vendieron 323.216 vehículos, de los 1.258.250 totales (-4,8%, la primera caída desde 2012), según según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Destacaron las cifras de la japonesa Toyota (71.697 matriculaciones), las surcoreanas Hyundai (62.766) y Kia (59.523), y la también nipona Nissan (51.557). Este año, el contexto es distinto dado el Covid-19, pero no se ha alterado la posición de las firmas asiáticas: siguen representando una de cada cuatro ventas en nuestro país, pues entre enero y abril, registraron 61.172 matriculaciones de turismos, lo que supone un 27% del total, que se situó en 222.866 (-48,9%), según cifras de Anfac. Eso sí, conviene añadir que PSA fabrica en Vigo unidades de la furgoneta Toyota Proace City, tras el acuerdo entre el grupo francés y el nipón alcanzado el año pasado.  

En los últimos meses, la planta de Zona Franca estaba funcionando al 20% de su capacidad y producía unas 246 unidades al día

Nissan tenía una producción mínima desde hace tiempo, de hecho, la planta de Zona Franca estaba funcionando al 20% de su capacidad y producía unas 246 unidades al día: 146 pick-ups (Nissan Navara, Renault Alaskan y Mercedes Clase X) y 100 de la furgoneta eléctrica e-NV200. Sin embargo, a la hora de reanudar la actividad tras el parón por el estado de alarma, los empleados (que temían el cierre) iniciaron una huelga indefinida. Las noticias que llegaban desde Japón no eran buenas, pero la firma oficialmente sólo decía que eran “conjeturas”, y tras la reorganización de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, se veía que la cosa se ponía aún más fea. Finalmente, este jueves, tras publicar los malos resultados del último ejercicio fiscal, se ha presentado el plan de transformación y se han despejado todas las dudas: se cierran las plantas de Barcelona el próximo diciembre, donde se emplea de forma directa a 3.000 personas e indirecta a unas 20.000.

Un cierre que parece la crónica de una muerte anunciada, desgraciadamente, y conviene recordar que en 2009, se despidieron a 700 personas (aunque meses antes se había planteado un ERE para 1.680) y el año pasado, a otras 600. En rueda de prensa telemática, Gianluca de Ficchy, presidente de Nissan Europa, ha señalado que “no había un futuro viable” para Barcelona y ha agradecido el apoyo a actividades de inversión en las negociaciones con la Generalitat de Cataluña y el Gobierno. Según los cálculos de la firma nipona, la fábrica “no era sostenible de cara al futuro” ni aún en el caso de que hubieran logrado un nuevo modelo: la decisión de Mercedes (Daimler) de retirar el modelo Clase X este mayo no ha ayudado, porque el plan era fabricarla hasta 2027 y suponía casi el 57% de la actividad de Zona Franca, ha explicado De Ficchy.

Las plantas barcelonesas emplean de forma directa a 3.000 personas e indirecta a unas 20.000. De Ficchy ‘echa balones fuera’: la retirada del Mercedes Clase X (suponía casi el 57% de la actividad)

“La planta de Barcelona tiene carácter estratégico, ya que abandonar la Ciudad Condal y España es abandonar la Unión Europea, con el consiguiente coste reputacional en un mercado de más de 500 millones de habitantes”, ha señalado el Ministerio de Industria en un comunicado. El Gobierno cree que aún hay una solución, días después de advertir que les saldrá más caro cerrar que invertir, y también los empleados, que ya han empezado las protestas, y los sindicatos, que rechazan el cierre y piden medidas de apoyo al empleo. Sin embargo, Nissan parece tenerlo bastante claro: abrirá un periodo de consultas con todas las partes que dirigirá Frank Torres, vicepresidente ejecutivo de la firma para Rusia y que en su día dirigió la planta barcelonesa. 

El grupo japonés mantendrá las fábricas de Ávila (recambios) y Cantabria (fundición), donde emplea a 430 y 535 personas, respectivamente, así como las operaciones de ventas y marketing. El CEO, Makoto Uchida, ha señalado que el cierre de Barcelona es una “decisión difícil”, “resultado de un extenso estudio para mitigar el exceso de capacidad de producción y mejorar la competitividad general” y más tras los resultados del último ejercicio fiscal (abril 2019-marzo 2020): ha perdido 5.688 millones de euros por el descenso de ventas (-10,6%, a 4,93 unidades) y por el coronavirus, y ha ingresado 83.720 millones (-14,6%), ha tenido un beneficio operativo negativo de 343 millones y el margen operativo ha caído un 3,1% a -0,4%. Y las cifras de abril (primer mes de su ejercicio 2020) y de los cuatro primeros meses del año, tampoco han sido buenas, con fuertes descensos en producción, ventas y exportaciones.

Para volver al crecimiento y a la rentabilidad, Nissan ha presentado un plan de transformación, que no sólo incluye los cierres de Barcelona, también el de la planta de Indonesia. Ahora centrará sus operaciones en sus tres principales mercados (Japón, China y EEUU), reducirá un 20% su capacidad de producción hasta 5,4 millones de unidades anuales, otro 20% el número de nuevos modelos y un 15% los costes fijos: así prevé ahorrarse 2.500 millones.