• Y su primer ministro durante 18 años es, actualmente, el presidente de la Comisión Europea.
  • El BCE no supervisa al mayor banco del mundo porque no lo considera una entidad significativa... en Europa.
  • Y el robo de Vitaldent no sería posible si no existiera Luxemburgo.
Los escándalos del ICBC y de Vitaldent tienen un punto en común: el Gran Ducado de Luxemburgo, más conocido como Luxemburgo. Efectivamente, el banco chino entró en Europa y en España por la puerta luxemburguesa, y el presunto robo de Viltadent no hubiera sido posible si no existiera ese pequeño país de la Europa Central. Lamentablemente, no son los primeros casos y mucho nos tememos que tampoco serán los últimos. La fama de Luxemburgo como paraíso fiscal viene de lejos y no parece que vaya a cambiar en un futuro próximo. Se da la circunstancia de que el que fuera primer ministro luxemburgués durante 18 años (1995-2013) y ministro de Finanzas durante 20 (1989-2009) es, actualmente, el presidente de la Comisión Europea. Sí, hablamos de Jean-Claude Juncker (en la imagen). La historia del ICBC es especialmente llamativa. Como les contamos este miércoles, se trata del mayor banco del mundo, con unos activos que rondan los 3 billones de euros. Los chinos se presentaron en Luxemburgo, pidieron una licencia bancaria y, cómo no, se la concedieron sin ningún problema. Por supuesto, desde el BCE también recibieron el visto bueno, un visto bueno puramente administrativo. Hasta ahí, pase. Lo verdaderamente llamativo viene después. Al ICBC sólo lo supervisa Luxemburgo. El BCE no porque la filial europea del mayor banco del planeta no es considerada significativa... en Europa, claro está. Hay que tener en cuenta que el escándalo del ICBC se destapa gracia a la 'Operasción Snake', iniciada en mayo de 2015 contra la mafia china en el polígono madrileño Cobo Calleja, uno de los mayores de Europa. Por su parte, el presunto robo de Vitaldent –la cúpula recibía más de 17 millones de euros anuales que la empresa ocultaba a Hacienda- no sería posible sin la existencia de Luxemburgo. Según el informe de la Unidad Central de Delicuencia Económica y Fiscal de la Dirección General de la Polícia (UDEF), la compañía realizó transferencias al país centro europeo durante cuatro años (2012-2015). El caso es que cada una de las 146 clínicas propias de la firma pagaba un canon mensual de 10.000 euros, de los que parte se pagaba en dinero B. Además, el fundador de la empresa, Ernesto Colman, facturó 456 millones de euros en 2013 y 2014 a través de la matriz, con sede en el Ducado. Por cierto, no sólo no pagó a Hacienda sino que logró, incluso, que el fisco luxemburgués le devolviera hasta 2,4 millones de euros. En definitiva, Europa tiene un problema que se llama Luxemburgo. Y no parece que esto vaya a cambiar. Al menos eso dice el lema de este pequeño país: "Queremos permanecer siendo lo que somos". Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com