• Las cuentas del primer trimestre se salvan gracias al ROF.
  • En un año, la entidad que preside Manuel Menéndez ha perdido el 60% de su valor en bolsa.
  • Desciende el crédito y mantiene una morosidad elevada, que pesa como una losa, a pesar de las ayudas públicas recibidas.
  • Espada de Damocles: 200 millones de euros podrían costarle las cláusulas suelo.
Hay entidades financieras que se aferran a la supervivencia de una forma encomiable. Hace tiempo que todos en el mercado financiero estamos dando por finiquitada la vida de la entidad dirigida por Manuel Menéndez (en la imagen) y el mercado está dando señales continuas de que su acción ha entrado en una caída sin red. Desde mayo del año pasado, cuando cotizaba a un increíble 2,33€ por acción, hasta hoy en 0,94€, la compañía se ha dejado en el camino casi un 60% de su valor. Parece que casi nadie cree en la viabilidad de una entidad de crédito que en este trimestre ha alcanzado un resultado neto de 38 millones de euros, que es un 33% menos que lo obtenido durante el mismo trimestre de 2015. Pero no por esto solo  -si proyectamos esta cifra a resultado anual, estaríamos muy cerca de los 129 M€ del cierre de 2015 -sino por cómo se están comportando el resto de las entidades financieras. Ya hemos visto en sus cuentas las bajadas en los márgenes de intereses, y Liberbank no se ha librado, un 10,2% menos que en 2015, con una aportación de 116M€ a una cuenta de resultados que se ha salvado de una debacle gracias a los resultados de operaciones financieras, a la que han aportado 184 M€, extraordinarios que se han aprovechado para hacer dotaciones de provisiones por 102 M€, de los que 93 M€ lo son para la "aplicación del nuevo plan comercial y otras medidas de eficiencia", eufemismo de una reestructuración de plantilla que ya se venía anunciando y que afectará a unos 600 empleados que suponen un 11,5% del total de empleados a fecha actual. Estos resultados extraordinarios han servido también para dotar 70 M€ por deterioro de activos financieros. De aquí el resultado obtenido. Liberbank arrastra una rémora que parece insalvable, en especial en el ciclo infernal al que parece que las entidades financieras regresan de rentabilidad magra. Es verdad que la causa principal es la evolución actual de los tipos de interés, el mínimo crecimiento de los créditos a la clientela, que en el caso de la entidad ha sido una bajada de un 3,9% interanual, si bien es cierto que desde diciembre aquí han crecido un pobre 0,4%. Las comisiones han crecido un mínimo 0,9%, que no es significativo para solucionar los problemas de rentabilidad de la entidad. Por ahí quedan de momento unas plusvalías latentes de la cartera de renta fija por 311 M€, que en cualquier momento pueden ser pasto de una de las espadas de Damocles que penden en su cuenta de resultados y que son las clausulas suelo, que si el Tribunal Europeo sentencia su retroactividad podría suponer una pérdida de unos 200M€, ya que Liberbank es una de las entidades más afectadas por este tema. Otra incertidumbre más es su cifra de morosidad 4.782M€ en total de los que 2.710 M€ lo son por el EPA (Esquema de Protección de Activos), que en términos porcentuales, ex EPA, suponen un 9,6% de ratio de morosidad, activos deterioraros que están cubiertos en un 47,8%. Cifras que evidentemente significan una rémora en una entidad con una cuenta de resultados tan incierta como la que tiene Liberbank. Queda claro el porqué de que la entidad esté en todas las listas de posibles candidatas a ser vendidas, ya que de otra forma su integridad financiera continúa en el aire y puede ser candidata a un segundo plan de rescate y no creo que ni económica ni políticamente esta sea la mejor solución en la situación actual. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com