Desde que llegó a la Presidencia de Iberdrola, en 2006 -en 2001 fue nombrado vicepresidente ejecutivo y CEO-, José Ignacio Sánchez Galán ha dirigido la eléctrica con mano firme y la aupado hasta lo más alto del IBEX 35, sólo por detrás de Inditex. Galán, que el 30 de septiembre cumplirá 70 años, es un gran empresario que considera que España es un país donde, desgraciadamente, política y corrupción van unidos.

“Yo no hago la política energética”, se le ha escuchado decir en múltiples ocasiones. Efectivamente, esa tarea le corresponde al Gobierno de turno. Galán, que no es de derechas ni de izquierdas, sólo aplica la política que dicta Moncloa.

Ahora, el hombre que nunca se mete en política, ha fichado a Isabel García Tejerina, exministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, como consejera independiente de la filial brasileña Neoenergía y a Fátima Báñez, exministra de Empleo y Seguridad Social, como consejera de la filial en México. Dos exministras de Rajoy para dos filiales estratégicas.

La estrategia no es nueva. Recuerden el fichaje en 2019 del exministro de Industria con Felipe González, Juan Manuel Eguiagaray, para la filial brasileña, o el más reciente del exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, para el Advisory Panel (consejo asesor) de la compañía.