Guerra civil en El Corte Inglés. El duelo entre Florencio Lasaga y Juan Hermoso
- Son dos ejecutivos, ajenos a las familias, pero que se han colocado en el Consejo.
- Hermoso, el 'socialista de El Corte', ha enarbolado la defensa de Dimas Gimeno… que tiene poco de socialista.
- Gracias a su amistad con Isidoro, Juan Hermoso ha logrado enterrar sus fracasos profesionales.
- Lasaga es el jefe del Clan de los Navarros y defensor de las hermanas Guil.
- Consiguió que Hermoso cesara como ejecutivo, pero éste sigue ejerciendo a su conveniencia de la mano de Dimas.
Podríamos decir que en El Corte Inglés hay dos guerras civiles paralelas. La primera, la que libran las familias. Por ejemplo, los hijos de Luis Areces contra las hijas adoptivas de Isidoro Álvarez. Marta y Cristina Álvarez Guil. En medio, Dimas Gimeno (en la imagen), sobrino de Isidoro, el presidente, que no se entiende con las Guil, pero tampoco con los Areces Galán. Pero hay otra guerra civil paralela, la que se libra entre ejecutivos. En concreto, entre los dos gallos del corral: Florencio Lasaga, hoy presidente de la Fundación Ramón Areces y defensor de las hermanas Guil, y Juan Hermoso, defensor de Dimas Gimeno. Vamos a presentarles en sociedad: Florencio Lasaga Munárriz fue el primer consejero ajeno a la familia. Ya estaba plenamente integrado en la dirección de El Corte Inglés durante los años 60 del pasado siglo XX (tiene 83 años de edad) porque se conoce el área financiero-administrativa como nadie. Lasaga siempre fue considerado el número dos del grupo y figura en todas las sociedades filiales y, lo más importante, lo ya dicho: desde la muerte de Isidoro es presidente de la Fundación Ramón Areces. De total confianza de Ramón Areces e Isidoro, aunque es cierto que durante los últimos años de la vida de Isidoro Álvarez, éste había optado por Juan Hermoso. A pesar de su poder, Lasaga se sintió intimidado en algún momento por el temido jefe de seguridad de El Corte Inglés, Juan Carlos Fernández Cernuda. Le dejó actuar y éste prácticamente militarizó su área de trabajo. Además, permitió que Cernuda siguiera presumiendo de sus buenos contactos con mandos policiales y, ojo, judiciales. Lasaga no es mala gente, todo lo contrario, pero ahora está recuperándose de la marginación a la que le sometió Isidoro durante los dos últimos años de su mandato. Por lo demás, Lasaga nunca le llevó la contraria ni a Areces ni a Isidoro; sólo defendió y ayudó al llamado Clan de los Navarros… de El Corte Inglés. Lasaga y Hermoso vivieron en la alta dirección con dos personajes -fallecido el uno, jubilado el otro- que también han sabido hacer carrera como ejecutivos de El Corte Inglés y pasar al Consejo, que ofrece más posibilidades para enriquecerse. Hablo de Manuel Gómez Pastrana Morales, ya fallecido, director de Administración de Compras y de Miguel Martínez Íñiguez. Gómez Pastrana Morales fue consejero durante unos cinco años, tiempo suficiente para hacer una fortuna apreciable y para adjudicar a su hermano las floristerías de El Corte Ingles y a sus hijos los negocios de reprografía que se desarrollan en los centros comerciales de Madrid. Todo muy en regla pero no se sabe si muy edificante. Apunten el otro nombre: Miguel Martínez Íñiguez, antiguo director de Compras del grupo y primero de la División de Señoras. Íntimo amigo de correrías de juventud de Isidoro y María José. Se retiró de El Corte Inglés vendiendo sus acciones en casi 12 millones de euros. Vamos ahora con el hombre que actualmente está enfrentado a Florencio Lasaga. Es decir, Juan Hermoso Armada. Estudió con los jesuitas y a punto estuvo de ordenarse pero se hizo psicólogo. En los últimos años de la vida de Isidoro se convirtió en su mano derecha, en su imprescindible, mientras el peso de Lasaga se iba reduciendo. Ambicioso, el socialista de El Corte Inglés (por su amistad con Felipe González) no se para en barras. Su historia es fulgurante. Entró en el Departamento de Estudios de El Corte Ingles en los años 70. Enseguida sustituyó al jefe y empezó a despachar con Isidoro. Accede así a la Dirección de Ventas de la Empresa, descabalga al jefe en funciones, y se hace con un puesto tan relevante. También se hizo con el poder del gran Presupuesto de Publicidad y, con él, tuvo acceso a los grandes medios de comunicación y a sus estrellas. Lo manejó a su libre albedrío y hasta el propio Isidoro Álvarez se sentía intimidado por su red de contactos en medios. Pues no olvidemos que si algo temía el anterior presidente de El Corte Inglés, era a la prensa. Hermoso fue, sucesivamente, aprovechando en su beneficio el trabajo de los demás que presentaba ante Isidoro como suyo, eliminando a todas los compañeros que le podían hacer sombra y consiguió convencer a Isidoro para hacerle Patrono de la Fundación Ramón Areces y, al año siguiente, intentar el asalto al Consejo sin éxito… y con la oposición de todo el resto de consejeros. Isidoro acabó imponiéndolo un año después. No sólo eso. Consiguió que un Isidoro entregado le diera la tutoría de su sucesor, Dimas Gimeno. Esto es precisamente, una de las cosas que Lasaga tiene contra Gimeno: sabe quién es su mentor. Juan Hermoso fue también el creador del gran fracaso, al menos inicial, de Sfera. Pero encontró un responsable al que cargar con las culpas. En este caso a César Álvarez, hermano de Isidoro y director general de Induyco. Otro fracaso fue dejarse arrebatar el liderazgo, por Amazon, de la venta por Internet pero aquí también salió bien parado a la hora de asumir responsabilidades. No asumió ninguna. Hermoso siempre se ha considerado un progresista. Por eso coqueteó con El País y se encargó de nombrar a Augusto Delkader, director general de la SER, miembro del Consejo de Ciencias Sociales de la Fundación Ramón Areces. En el momento actual, fallecido Isidoro, Hermoso tiene muy pocos amigos dentro, tanto en la Fundación como en el Consejo de El Corte Inglés. De hecho, Lasaga consiguió que abandonara sus potestades ejecutivas pero Hermoso mantiene el pulso, por la vía Dimas Gimeno. No está en el día a día pero sigue haciendo gestiones para el presidente mientras se deshace de las acciones adquiridas, poco a poco. Este detalle es importante, porque al no cotizar en bolsa, si la empresa pone pegas es difícil conseguir un buen precio. No es el caso de Hermoso. Ni que decir tiene, que Hermoso ha conseguido hacerse con un importante patrimonio y que le mantiene la mirada a Lasaga, aunque lo cierto es que son pocos los que le apoyan tanto en las familias, lo que queda, como entre el equipo ejecutivo. La cuestión de fondo la siguiente: con todos los problemas que tiene y las graves decisiones que El Corte Inglés tiene que afrontar en el momento presente, ¿puede permitirse un pulso entre los dos pesos pesados del equipo ejecutivo? No parece. Eulogio López eulogio@hispanidad.com