Teresa Ribera propone la eficiencia energética y esto puede gustar a la Unión Europea a la hora de adjudicar fondos a los distintos programas
El gran proyecto de la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, está en la rehabilitación de viviendas para aumentar la eficiencia energética. Esta última, como saben, es una de las claves del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.
En concreto, dicho Plan tiene como principales objetivos: reducir un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990, un 42% de renovables sobre el uso final de la energía, un 74% de energía renovables en la generación eléctrica y mejorar un 39,5% la eficiencia energética. De hecho, en el borrador del PNIEC (enviado a Bruselas a finales del pasado marzo, a pesar de la llegada de la pandemia del coronavirus), se recoge que “uno de los principios fundamentales que ha guiado la preparación del presente Plan ha sido el de “primero, la eficiencia energética””.
En el PNIEC, se incluye la rehabilitación de 1,2 millones de viviendas y la renovación de las instalaciones térmicas en más de 300.000 viviendas/año
Por todo esto, en la Unión Europea, que ahora debe repartir los fondos de 750.000 millones de euros del plan ‘Next Generation EU’, de los que España opta a 140.000 millones (72.000 millones en donaciones y 68.000 en créditos), no van a poner trabas a lo relacionado con la eficiencia energética en el proyecto español. Y precisamente, para mejorar un 39,5% la eficiencia energética entra en juego la rehabilitación de viviendas, en concreto, de 1,2 millones de viviendas entre 2021 y 2030 (a un ritmo de 30.000 viviendas al año en 2021, que irá aumentando progresivamente, hasta 300.000 viviendas/año en 2030) para alcanzar un ahorro de energía final acumulado de 4.755,9 ktep (kilotones -mil toneladas- equivalentes de petróleo). Además, a esto se sumará la renovación de las instalaciones térmicas (centralizadas e individuales) en más de 300.000 viviendas/año y la renovación de parte del parque público de edificios. Y todo esto generará empleo, sobre todo, para los sectores de construcción e industria, entre otros. De hecho, recuerden que el PNIEC contempla 241.400 millones en inversiones y entre otros efectos, la creación de entre 250.000 y 350.000 empleos anuales.
Y en esto de la rehabilitación de viviendas, junto al reforzamiento de las medidas de aislamiento (por ejemplo, en las ventanas y puertas), entrará en juego la denominada bomba de calor. Se trata de una máquina térmica que proporciona refrigeración, calefacción y agua caliente de manera muy eficiente, que es respetuosa con el medio ambiente, pues reduce el uso de combustibles fósiles, y con ello las emisiones, porque emplea energía de fuentes naturales (aire, tierra o agua). Además, aunque sus costes de instalación sean superiores a los de otras soluciones, a la larga compensa, porque gasta mucho menos y con menor número de emisiones. En concreto, en el PNIEC, se recoge el espectacular avance que prevén que tendrán las renovables en las bombas de calor: un aumento de 629 a 3.523 ktep, es decir, casi seis veces superior al actual.