La reunión de este martes entre el banco y los sindicatos ha concluido con apenas novedades y, lo más importante, con las posiciones aún muy alejadas. El acuerdo está muy lejos a solo unos días para que concluya -domingo 6 de junio- el plazo voluntario de negociación.

La situación no es nueva para los sindicatos y daban por hecho, al comienzo, que llegarían a la semana decisiva en estas circunstancias. Con lo que no contaban era con la desbandada del presidente, que ha desaparecido completamente. No solo eso, sino que enfrente les ha colocado a los chicos de Sagardoy Abogados para que negocien el despido colectivo. Todo un detalle que no ha sido bien acogido por los representantes de los trabajadores, que lo consideran un menosprecio absoluto a la plantilla.

Hasta los más fieles seguidores del presidente le acusan ahora de faltar gravemente a su palabra y de dar la espalda a la plantilla, a la que calificó, durante la Junta de Accionistas, de “magnífica”, y de ser un “valor fundamental” para el banco.

Así las cosas, los sindicatos mantienen la convocatoria de huelga para mañana miércoles 2 de junio en todo el país y concentraciones ante las principales sedes del banco. La anterior movilización fue un éxito, según ellos.

¿Qué puede ocurrir si no hay acuerdo? La dirección del banco -delegada en Sagardoy- podría tirar por la calle de en medio y aplicar 20 días por año trabajado y punto final. Pero es poco probable que lo haga porque supondría, además de todas las demás consideraciones que se quieran, un golpe durísimo para la reputación corporativa de la entidad. Más factible sería alargar una semana más el plazo de negociación.

Cada una de las partes utiliza sus armas negociadoras. Así, al tiempo que el banco intenta dividir a los sindicatos -divide y vencerás-, éstos presionan con movilizaciones y huelgas como la del miércoles. Mientras, Carlos Torres se desentiende de todo... y de todos. Por cierto, el banco ha completado este martes la venta de su filial en EE.UU. a PNC por 11.500 millones de dólares, unos 9.600 millones de euros, tras obtener las autorizaciones regulatorias necesarias.