Se llama Jennifer Gates -pero cariñosamente se refieren a ella como Jenn- y es la hija mayor de Bill y Melinda Gates. De ella publica la revista Hola que ha preferido decantarse por el lado más filantrópico de sus padres tras verles trabajar día a día en su fundación, la que tiene como objetivo alcanzar la igualdad en el acceso a la salud y la educación en todo el mundo. Porque Jenn es muy empática, y está convencida de que "conocer las experiencias de los demás, independientemente de lo que estén buscando, me ayudará a ser un mejor médico en el futuro y seguir haciendo mi parte en el mundo ".

Quiere ser médico y estudia en la ciudad de Nueva York, donde ha establecido su residencia en un apartamento valorado en 5 millones que le han comprado sus padres en la Quinta Avenida. Su meta en estos momentos es convertirse en pediatra o en médico de familia, aunque es consciente de que aún le queda mucho trabajo por delante. De lo que no debe de ser muy consciente Jenn es que si sus padres siguen financiando el aborto -en busca del abortivo perfecto- no van a quedar muchos niños a los que ella pueda dedicarse como pediatra. 

Mientras Jennifer sueña con formar algún día su propia familia, junto a su novio, el jinete y empresario egipcio, Nayel Nassar, con el que se comprometió en enero de 2020. Y además, la joven tiene claro-continúa la revista Hola- que ni ella ni sus hermanos serían los herederos totales de la fortuna de sus padres, pues tal y como hizo público su padre en 2011 sus hijos recibirían cada uno una "pequeña porción" de su fortuna, que, según Forbes, es de cerca de 89.000 millones de euros. Así que, con esta 'herencia' parece que no le quedará más remedio que estudiar y labrarse su propio futuro.