- Colombia y Venezuela acuerdan el retorno de embajadores y abrir el diálogo por la crisis fronteriza.
- Los dos presidentes admiten que es es necesario un acuerdo, pero sin dar por superada la disputa por la decisión de Caracas de cerrar la frontera.
- Más de 16.000 colombianos han regresado ya a su país desde agosto, incluidos unos 1.500 deportados por Venezuela.
El presidente-dictador venezolano,
Nicolás Maduro, sigue buscando enemigos exteriores para intentar aglutinar en torno a sí a la maltratada y sufriente población venezolana. Ya han sido enemigos exteriores de Venezuela EEUU y España. Y ahora le vuelve a tocar el turno a Colombia.
No obstante, ayer lunes consiguió acordar con el presidente de Colombia,
Juan Manuel Santos, trabajar para solucionar los problemas de la frontera común que desataron una crisis diplomática y, como primer paso, decidieron el retorno inmediato de sus respectivos embajadores, informa
Reuters.
El compromiso quedó sellado en un comunicado conjunto que Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro suscribieron en una reunión en Quito, en el que reconocieron la necesidad de construir un acuerdo pero sin dar por superada la disputa generada hace un mes por la decisión de Caracas de cerrar pasos fronterizos.
"Ambos jefes de Estado se comprometen a construir un acuerdo que solucione los problemas de la frontera común, orientado a la fraterna convivencia, la buena vecindad, el mutuo respeto y el desarrollo económico y social", detalló el comunicado leído por el presidente de Ecuador,
Rafael Correa, anfitrión de la cita.
Maduro y Santos acordaron abrir una investigación de los hechos ocurridos en la frontera, incluyendo incidentes de violación del espacio aéreo, y una reunión entre sus ministros en Caracas esta misma semana para tratar los "temas sensibles".
Entre los siete puntos acordados, tras una reunión de cerca de cinco horas, están además "la progresiva normalización de la frontera" con el acompañamiento de Ecuador y Uruguay, cuyos mandatarios Correa y
Tabaré Vázquez facilitaron el diálogo.
Desde que comenzó el cierre de la frontera, más de 16.000 colombianos han regresado a su país, incluidos unos 1.500 deportados por Venezuela, lo que desató una crisis diplomática y humanitaria que derivó en la llamada a consulta de sus embajadores.
El Gobierno de Maduro justificó su decisión de cerrar algunos pasos en
la extensa frontera común por incidentes entre militares y contrabandistas.
Pero en el fondo late ese deseo de Maduro de tener siempre un enemigo exterior con el que distraer el desastre de su gestión. En su propio país: pobreza, inflación, inseguridad ciudadana, escasez, represión de las libertades, detención de políticos opositores...
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com