Ya lo decían en El Caballero Oscuro: Batman no era el héroe que quería Gotham pero sí el que necesitaba. Con Pedro Sánchez ocurre lo contrario: es el líder que querían los españoles, no el que necesitaban.

La incontinencia verbal del presidente del Gobierno le ha llevado a proponer, en menos de 24 horas, la jubilación forzosa a la edad legal (desde 65, ahora mismo) y reducir a tres los tipos de contratos existentes (eso ya lo hizo la denostada Fátima Báñez y se quedó corta). Pero todo ello dentro de un programa de antiflexibilización del mercado laboral, el mejor estanque para vagos redomados, el mejor criadero de paro, donde no crecen los cuentapropistas, sino los subsidiados.

El Sánchez suicida pretende aumentar el número de jubilados y una contratación más rígida: el camino seguro hacia la ruina

¿Tres contratos? No, uno solo, indefinido con despido libre pero con una indemnización pactada de antemano.

¿Jubilación forzosa? Todo lo contrario: retrasar la edad de jubilación porque, de otra forma, el sistema de jubilación por reparto estallará. Traducido: no habrá dinero para pagar las pensiones.

El PSOE mantendrá los impuestos altos, con pocos cuentapropistas y muchos subsidiados

En definitiva, el líder que nos merecemos, el Sánchez suicida, pretende aumentar el número de jubilados y una contratación más rígida: el camino seguro hacia la ruina.

Además, el PSOE mantendrá los impuestos altos y el peso insoportable de las subvenciones públicas: la nueva crisis ya está aquí.