• Abu Nassim lleva más 20 años soñando con este objetivo: desde que vivió en Italia como un inmigrante más.
  • Ha combatido en Afganistán, Siria y Libia, pero en su juventud ya reclutaba terroristas para la yihad en suelo italiano.
  • Es, además, el ideólogo del ataque terrorista de 2015 al museo tunecino del Bardo, en el que murieron 23 personas.
  • Ahora, con 47 años, lidera un comando especial en Milán y planea atentados en la región.
Una obsesión persigue desde hace más de veinte años a Abu Nassim (en la imagen), ahora comandante del Estado Islámico (EI): hacer volar la Santa Sede. Y ojo, no le tomen por un pirado, porque está determinado a ver cumplidos sus deseos. El servicio secreto de Túnez es el que ha dado la voz de alarma. Alertó este domingo al Gobierno italiano y al Vaticano sobre la existencia de una célula yihadista en Italia que tiene intención de atentar contra Roma, Milán y el Vaticano. El comando, según la agencia tunecina, está integrado por docenas de hombres curtidos en la guerra de Siria que ha reunido, precisamente, Abu Nassim. La inteligencia libia ha confirmado que Nassim es el líder del grupo. Bueno, ¿y de dónde ha salido este elemento? Abu Nassim, de 47 años de edad, es ahora mismo una de las cabezas más visibles del Estado Islámico. Tiene nacionalidad tunecina, pero pasó buena parte de su juventud en Italia. Llegó al país con 20 años, en 1989, y comenzó a trabajar en la construcción. Pero él iba a lo que iba: al poco de mudarse estrechó lazos con grupos islamistas y empezó a reclutar a inmigrantes árabes para la yihad. Entonces ya soñaba con dinamitar el Vaticano. Los servicios secretos italianos iban a darle caza en el 97, pero Nassim ya se había esfumado del país. Unos años más tarde era comandante de Al Qaeda en Pakistán y estaba bajo los mandos de Osama Bin Laden. También combatió en Afganistán. Estados Unidos lo detuvo en 2001. Más tarde, en 2009, fue extraditado a Italia, en dónde pesaba sobre él una orden de captura por reclutar yihadistas, pero lo absolvieron y fue deportado a Túnez en 2012. La torpe Justicia italiana rectificó un año más tarde y quiso condenarlo, pero Nassim volvió a ser más rápido que ellos y ya se había fugado a territorio libio. Después luchó en Siria y, a partir de 2014, es parte de la cúpula del EI en Libia. Túnez lo considera el ideólogo del ataque terrorista de 2015 contra el Museo tunecino del Bardo, en el que murieron 23 personas. Pero ahora está de vuelta en Italia, donde quiere saldar cuentas. Las autoridades están en máxima alerta. No es para menos. Daniel Esparza