• De alias «Abu Musad Al Suri», posee las nacionalidades siria y española.
  • Setmarian, que permanece escondido en Siria, sustituye a Abdelmahid Abaaoud, muerto en un enfrentamiento con fuerzas especiales de la Policía francesa en el barrio de Saint Denis de París.
  • Los expertos no dudan que Setmarian va a ser un temible dinamizador de cientos de combatientes del Daesh, ya que su fama le precede y hay muchos que han leído sus panfletos.
Mustafá Setmarian, alias «Abu Musad Al Suri», es el jefe «militar» de Daesh, el Estado Islámico, según informaciones que obran en poder de expertos antiterroristas europeos, que confirman el paso definitivo de este individuo, que tiene las nacionalidades siria y española, a las filas de la banda yihadista que manda Abu Bakr al Baghdadi y el consiguiente abandono de Al Qaeda, al frente de la cual se encuentra el egipcio Ayman Al Zawahiri, informa La Razón. Setmarian, que permanece escondido en Siria, sustituye a Abdelmahid Abaaoud, muerto en un enfrentamiento con fuerzas especiales de la Policía francesa en el barrio de Saint Denis de París. Según explica La Razón, este individuo, como le ocurre a todos los «ideólogos» de las bandas terroristas, tiene una influencia directa sobre el funcionamiento «militar» de la organización criminal. Se le atribuye la queja de no haber sido consultado sobre los atentados del 11-S en Estados Unidos: ya que «yo habría recomendado que se eligiesen aeronaves realizando vuelos internacionales y haber introducido armas de destrucción masiva era, y todavía es, algo difícil y complicado, pero es una posibilidad que podrá realizarse». Es decir, que los casi 3.000 muertos causados por aquellas acciones criminales perpetradas por Al Qaeda, a la que pertenecía entonces, se le quedaron cortos. Sus ansias por asesinar «infieles» están acreditadas. En sus libros y manuales para formar a los muyahidines (combatientes) hablaba, entre otras cosas, de la necesidad de que el movimiento yihadista se transformara «en un fenómeno estratégico y sus armas de disuasión llegaran a los hogares de los infieles y sus aliados de todas las nacionalidades y en todo lugar». «La nación islámica debe empezar a moverse con todos sus segmentos», subrayaba. Esto está ocurriendo en la actualidad. De hecho, en uno de esos manuales recomendaba que la yihad sirviera para «infligir el mayor número de pérdidas humanas y materiales como sea posible a los intereses de los infieles, y para que interioricen que la yihad se ha transformado en un fenómeno del levantamiento popular en contra de ellos (...) a lo largo del mundo islámico, además de lugares poblados con los musulmanes». En fin, cuenta con la experiencia suficiente para hacerse cargo del «aparato militar» de Daesh, sobre todo en lo que se refiere a ataques terroristas en todo el mundo. Los expertos no dudan que Setmarian va a ser un temible dinamizador de cientos de combatientes del Daesh, ya que su fama le precede y hay muchos que han leído sus panfletos. Hace años ya se le atribuía por dichos expertos la posibilidad de que un día pudiera desempeñar un papel de cabecilla en una banda yihadista. Se mantiene en la sombra, en la clandestinidad, lo que no resta para nada su peligrosidad. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com