La Diócesis de Getafe ofrece a quienes pierdan a un ser querido durante el actual estado de alarma la posibilidad de acoger temporalmente las cenizas del difunto en una parroquia diocesana hasta que las circunstancias permitan a sus familiares el traslado a un lugar definitivo.

Por el momento, este servicio está disponible en San Antonio (Aranjuez), María Auxiliadora (Fuenlabrada), San Isidro Labrador y Ermita de la Virgen de Butarque (Leganés), Santa María de la Alegría (Móstoles), San Esteban Protomártir (Torrejón de Velasco) y Nuestra Señora de la Asunción (Valdemoro).

Según ha informado la diócesis a través de un comunicado, las personas que deseen hacer uso de esta posibilidad pueden manifestárselo a su párroco o escribir a la cuenta de correo electrónico comunicacion@diocesisgetafe.es, para que se hagan las gestiones oportunas para ello.

La Diócesis recuerda, además, que los fieles tienen derecho a que un sacerdote acompañe el último adiós de los difuntos, para lo cual deben solicitarlo a la empresa funeraria o contactar de forma directa con su párroco.

Precisamente acompañar a un enfermo en sus últimas horas es lo que están permitiendo algunos hospitales que aplican criterios de humanidad junto a los estrictamente sanitarios. Así, la persona que acompaña al enfermo está convenientemte protegida ante el contagio con la equipación permanente y, a la vez, a su lado en sus últimos momentos. 

No sabemos -aunque lo sospechamos- qué pensará el doctor Simón ante tan humana práctica. Lo que sí sabemos es lo que opina de los velatorios. Piensa el doctor que acompañando al difunto hay demasiada gente y eso es un foco de contagios. Descanse en paz el finado, pero sin tanta compañía. 

Y lo que también sabemos es - y se trata de un caso real- lo que le respondieron a una persona que había perdido a su hermano por el coronavirus: Su hermano ha muerto. Lo vamos a incinerar, no sabemos si en Castilla y León o en Castilla la Mancha. Cuando tengamos las cenizas se las entregaremos.