Lo peor del virus es que la política se ha convertido en una gran mentira y que las democracias se han revestido con los ropajes de la tiranía.

Como guinda de la tarta: Sánchez aprovecha el entusiasmo de Ana Botín como argumento de autoridad: el futuro de la España subvencionada y endeudada es radiante.

Círculo de Economía. Clausura Pedro Sánchez y nos anuncia, con esa sonrisa que tantos éxitos le ha proporcionado en la City, que el día 26 de junio, sábado, nos permitirá quitarnos el bozal que nos impuso, aunque, eso sí, sólo en el exterior. ¡Qué alegría!

La verdad no deja de ser lo mismo que los británicos han hecho desde el día 1, reservando la mascarilla sólo para espacios cerrados, y no deja de ser lo mismo donde de nuevo se nos han anticipado otros países de nuestro entorno, pero Sánchez ha esperado, por prudencia, a que nos fastidiemos un poco más.

Es más, ha exhalado que están orgullosos de un pueblo tan disciplinado como el español. Vamos, que somos muy buenos obedeciendo al líder que, por pura casualidad, es él.

El presidente del Gobierno, quien se ha ido a Barcelona para la concordia con Cataluña, nos permite acabar -por pura evidencia científica, claro está- con la mascarilla en exteriores pero, ojo, nada cambia. Absolutamente nada. La batalla contra el Covid ha resultado un éxito, gracias a Moncloa, naturalmente, en todos los aspectos. Es decir, que lo peor del virus, que consiste en la mentira y la merma de libertades, ha venido para quedarse.

Y como guinda de la tarta: Sánchez aprovechó el entusiasmo de Ana Botín como argumento de autoridad: el futuro de la España subvencionada y endeudada es radiante.

El plan de recuperación es un “plan de país”… donde deben participar todos los españoles y españolas pero no la oposición, porque es un plan de Gobierno y sólo del Gobierno. Es como lo de la gobernanza autonómica. Los éxitos contra el virus son de Moncloa, los errores de las comunidades autónomas. Sobre todo de Díaz Ayuso, que nos ha vencido en Madrid.

Lo cierto es que los dos países europeos que adoptaron más medidas restrictivas, más recorte de libertades, y más histeria contra el coronavirus, España e Italia, fueron los que sufrieron más víctimas mortales y mayor caída del PIB. Es decir, que ambos gobiernos, el español aún más que el italiano, se equivocaron.

Es igual: Sánchez asegura que su gestión ha sido un éxito. Y en verdad lo ha sido: hoy manda más que el 14 de marzo de 2020.

Insisto, lo peor del virus es que la política se ha convertido en una gran mentira y que las democracias se han revestido con los ropajes de la tiranía.