Insisto en que la chifladura generada por el coronavirus exige una reflexión con meninges renovadas.

Ejemplo, la obsesión de Europa con la AstraZeneca. Un laboratorio que utiliza líneas celulares procedentes de aborto, que le toma el pelo a Europa sembrando unas expectativas de entregas que no se han cumplido, que provoca efectos secundarios (miren por donde, ahora también Pfizer y Moderna)… pero que los gobiernos europeos, nadie entiende por qué, han defendido como leones.

Como para sospechar.

Por otra parte, apunten la ristra de estafas aprovechadas por el Gobierno Sánchez para tomarnos el pelo con la epidemia de coronavirus: evidencia científica, expertos y cogobernanza: las tres burlas de Sánchez con la pandemia interpretada por Carolina. Las tres fueron repetidas por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante su última rueda de prensa de la tarde del miércoles.

Evidencia científica. Si es evidente no necesita demostración y si es científico, si necesita demostración, es porque no es evidente.

Además, si fuera evidente no necesitaríamos debate.

Luego está la coña de los expertos. La desvergüenza de un Gobierno que se inventa un Comité de Expertos que no existía no impide que siga hablando de que ellos no deciden nada: se guían por lo que dicen los expertos o las “autoridades sanitarias”… que son ellos mismos. Por menos de esto han caído gobiernos pero la identidad del PSOE es la impunidad.

Y luego está la cogobernanza, o supuesto poder compartido entre el poder central y las comunidades autónomas. Sobre eso no hacen falta comentarios.