Ahora Ouigo se ha visto envuelto en polémica, esta vez por temas que nada tienen que ver con la red ferroviaria
La compañía SNCF presentó este martes su AVE de bajo coste para España, que operará bajo la marca Oiugo, la misma que emplea en su país de origen. La primera ruta será Madrid-Barcelona, con paradas en Zaragoza y Tarragona, y el precio de los billetes será un 50% inferior a los del AVE de Renfe. Como campaña de lanzamiento, la operadora pondrá a la venta 10.000 billetes a 1 euro que podrán comprar aquellos que se den de alta como miembros de la comunidad Ouigo, a partir del próximo 24 de septiembre a las 18:00 horas.
La puesta en marcha de Ouigo pondrá a prueba la capacidad de reacción de Renfe y, sobre todo, del Gobierno Sánchez, que ha retrasado sine die el lanzamiento de AVLO, el AVE de bajo coste, por el coronavirus. “No veo que podamos plantear un servicio ‘low cost’ en el corto espacio de tiempo”, aseguró en junio el ministro Ábalos. “Durante un tiempo, en tanto la pandemia no pase al olvido, el uso del transporte será muy distinto al que estábamos acostumbrados”, señaló. Y la situación desde entonces no sólo no ha mejorado, sino todo lo contrario. AVLO no tiene fecha, pero los franceses de Ouigo, sí.
“En Francia y en todos los trenes de Europa se han ido aplicando medidas como el gel, la mascarilla y la distancia de seguridad que han conseguido que no haya habido ningún foco en un tren de alta velocidad”, afirmó este martes Hélène Valenzuela, directora de SNCF en España.
Oigo comenzará a operar con 14 trenes de dos pisos, con capacidad para 509 pasajeros y con servicio de cafetería, algo no previsto en los AVLO de Renfe, precisamente para abaratar costes. En otras palabras, Ouigo no competirá con AVLO sino con Renfe.
Y esto es bello e instructivo, porque, mientras en España dejamos que entren los franceses para competir en la alta velocidad, en Francia no han movido un dedo para que la española Renfe compita en su terreno. Y sí, Renfe es una empresa pública, pero es que SNCF también lo es.