- Moción que el secretario general del PSOE prepara en alianza con comunistas y separatistas.
- Pero enfriarla no significa olvidarla.
- La intervención económica de Cataluña, por parte del Gobierno Rajoy "durará el tiempo que sea necesario".
- En el entretanto, "el Gobierno no descarta nada, no renuncia a nada".
- Pero la iniciativa sigue en manos de la Generalitat.
Consejo de Ministros del viernes 15 de septiembre. El titular de Hacienda,
Cristóbal Montoro, acompaña a
Íñigo Méndez de Vigo (que no Gómez de Lugo) para explicarnos lo que ya era conocido por todos: que van a intervenir la Hacienda de Cataluña.
La verdad es que
hace un año esa media hubiera resultado excelente. Si es Madrid quien paga los salarios de los funcionarios catalanes, a lo mejor había menos rebeliones.
Ahora bien, cuando ya la hemorragia se ha disparado, a lo mejor más que una intervención económica hacía una falta una
intervención militar.
Sí, ya sé que ver los tanques desfilar por la Diagonal es una de las primerísimas aspiraciones de
Puigdemont, y también sé que hay que amansar a la fiera, pero la fiera no hace más que aprovecharse de tu debilidad. En resumen, el Gobierno va por detrás de los separatistas y la gente, ahora mismo, le pide más:
le pide mano dura con esos separatistas. Juan Español no se conformará ya ni con la Brigada Aranzadi ni con ese miedo que algunos llaman prudencia y ese atontamiento que otros definen como templanza.
En el entretanto, "el Gobierno no descarta nada, no renuncia a nada".
Pero la iniciativa sigue en manos de la Generalitat.
Ahora bien,
como ya adelantamos en Hispanidad, la consecuencia de la majadería separatista no afectará a Cataluña sino al conjunto de España. Se trata de llevar a Cataluña a la máxima tensión social para que
Pedro Sánchez pueda lanzar
una moción de censura frentepopulista,
un maridaje de socialistas, comunistas y separatistas. Todo ello con el apoyo de los nacionalistas burgueses, vasco y catalán, claro está.
Pues bien, ahí es donde surge la novedad:
el Rey de España, Felipe VI conversa con
Pedro Sánchez (
en la imagen) y le pide que no se precipite: ni puede llegar a Moncloa de la mano de
Pablo Iglesias y de separatistas y radicales varios. Tiene tiempo.
¿Le hará caso? Por el momento sí. Pero la ambición de
Pedro Sánchez no sólo es que no tenga límites es que es, además,
impaciente. Hemos salvado el 'match ball' pero
el partido no ha terminado. Así que son las 19 horas del viernes 15 y
Mariano Rajoy se vanagloria en Cataluña de que la
Guardia Civil ha requisado más de 100.000 carteles de la Generalitat. ¡Bravo
Mariano!
Pero insisto: el partido no ha terminado.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com