- El Código de Buenas Prácticas elaborado por Guindos mira al pasado pero olvida el presente.
- En los casos en discusión decidirá si el banco informó correctamente al prestatario o no.
- Eso sí, la banca está hasta el gorro de la demagogia del Gobierno y dispuesta a defender sus intereses.
- Se temen lo peor tras la posición del Ejecutivo con las preferentes y la salida a bolsa de Bankia.
- Están especialmente cabreados con el Banco de España, que ya les ha hecho las cuentas.
- No es broma: un cliente reclama la cláusula suelo y se enfada aún más cuando se entera que su hipoteca no la tiene.
Empezando por el final,
lo que les voy a contar a continuación es tan real como la vida misma y resume perfectamente el estado actual de la cuestión. Un señor entró hace unos días en una sucursal bancaria, en Barcelona, para reclamar por la
cláusula suelo de su hipoteca.
- "Oiga, que su hipoteca no tiene cláusula suelo", le respondió la directora después de comprobar el expediente.
- "¿Cómo, que no tengo cláusula suelo? ¿Y se puede saber por qué?" Reclamó el cliente visiblemente contrariado.
O sea,
que el cliente quería tener cláusula suelo para poder reclamar. Se pueden imaginar la cara de estupor de la directora, que no tuvo más remedio que exigirle que abandonara la oficina. Nuestro protagonista no era capaz de entender que lo perjudicial para él era, precisamente,
tener cláusula suelo.
Es un caso particular, ciertamente, pero da una idea de lo que está pasando. Y lo que está sucediendo es que el Gobierno,
con el Código de Buenas Prácticas, se ha vuelto a poner a la cabeza de la manifestación.
El texto no se ha aprobado este viernes, como estaba previsto, pero eso es casi lo de menos. Lo importante es que el documento que prepara el Ministerio de Economía acerca de las cláusulas suelo no va a cambiar nada.
Esto es así por una sencilla razón: el texto mira al pasado mientras olvida el presente. Del futuro ni hablamos. Así, el objetivo del Gobierno se centra en que los afectados por cláusulas suelo puedan
recuperar su dinero sin tener que acudir necesariamente a los tribunales. En todo caso, la adhesión de los bancos al documento sería siempre voluntaria.
Lo dicho: el Código de Buenas Prácticas que prepara
Luis de Guindos (
en la imagen) no cambiará nada. En los casos en discusión decidirá si el banco
informó correctamente o no al prestatario. Y lo decidirán los tribunales, caso a caso.
Eso sí, la banca está hasta el gorro de la demagogia del Ejecutivo y no se va a doblegar con facilidad. Todo lo contrario, las entidades están dispuestas a defender sus intereses incluso, en los tribunales.
En este contexto, no obstante,
los bancos se temen lo peor. Ahí están las últimas decisiones del Gobierno sobre las preferentes o sobre la salida a bolsa de
Bankia: que se pague a todo el mundo sin necesidad de acudir a los tribunales.
Ahora bien, el enfado de los bancos con el Gobierno no tiene nada que ver con el cabreo que tienen con el
Banco de España. Y es que el supervisor, sin previo aviso y nada más conocer la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, les hizo las cuentas y aseguró que las cláusulas suelo les iban a costar unos 4.500 millones de euros.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com