La puesta de largo de Carlos Torres como presidente ejecutivo de BBVA, el pasado viernes 1 de febrero, cuando presentó los resultados anuales (2018) de la entidad, ha marcado un antes y un después en el escándalo de las escuchas (presuntas) encargadas por Francisco González (presuntamente) a Villarejo. Recuerden el mensaje de Torres: hay que esperar a que finalice la investigación encargada por el banco, que puede llevar meses. Hasta entonces, todos somos muy buenos y, por supuesto, inocentes. ¿Y la reputación del banco? Hasta ahora no se ha notado nada en los mercados. Además, hasta la fecha no se ha recibido en la Vela ninguna demanda por parte de ningún presunto afectado por el presunto espionaje.

Efectivamente, desde ese día, el hermetismo del Gobierno acerca del escándalo se ha intensificado. Sorprende que los miembros del Ejecutivo socialista no realicen comentario alguno, ni siquiera para defender a los colegas directamente afectados, Miguel Sebastián y María Teresa Fernández de la Vega. “El ministerio correspondiente está haciendo su propio análisis que tendremos en breve”, señaló la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, el mismo viernes 11, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Un cónclave en el que no se mencionó el escándalo, ni siquiera por el daño reputacional que supone para la banca, incluida la nacionalizada Bankia. “No ha sido objeto de análisis”, se limitó a contestar Celaá. Del análisis anunciado, hasta el momento solo podemos asegurar que es presunto.

A pesar de la gravedad del caso, la Fiscalía calla

Ni una línea para defender a sus colegas socialistas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Uno de ellos, Miguel Sebastián, anunció el 16 de enero su intención de querellarse contra FG –“la guerra ha comenzado”, dijo–, pero ahora se lo está pensando. Y eso que calificó las grabaciones de “extrema gravedad”. Lo mismo le sucede a Luis del Rivero. El ex presidente de Sacyr no tiene claro aún si acudir a los tribunales, a pesar de ser uno de los más espiados (presuntamente).

Por su parte, María Teresa Fernández de la Vega no ha dicho esta boca es mía. La ex vicepresidenta del Gobierno ZP zanjó el asunto el 21 de enero: “Lo que se me atribuye no existió”, aseguró ese día, a pesar de que aparece (presuntamente) en las grabaciones, defendiendo al Santander en el caso de las cesiones de crédito. Ni anuncio de querella ni nada. Menos mal que estamos ante una mujer íntegra que ahora preside el Consejo de Estado.

Ahora bien, el silencio que es realmente archisorprendente es el de la Fiscalía, sobre todo por los indicios de delitos tan clamorosos. Por mucho menos se ha puesto en marcha y ha tomado la iniciativa el Ministerio Fiscal, con el ruido mediático correspondiente. Ahora, y a pesar de la gravedad del caso, calla.

Silencio mientras dure la investigación... pagada por el BBVA

Como también callan los bancos. Curioso, porque fue el gobernador del Banco de España el más crítico con la situación. “Que es un elemento reputacional importante para la entidad no se le escapa a nadie” señaló Pablo Hernández de Cos el día 29 en el Congreso, tras ser preguntado por la permanencia de FG como presidente de honor del BBVA. Los bancos han sido mucho más benévolos. La que más, María Dolores Dancausa, que calificó a FG de “banquero modélico”. Ana Botín, por su parte, se remitió al tuit que envió a FG con motivo de su jubilación: “Buena suerte en esta nueva etapa, Paco. Dejas un gran legado y a BBVA en buenas manos”, escribió en diciembre. Los más esquivos fueron José Ignacio Goirigolzarri, ex CEO del BBVA. “FG fue mi jefe durante ocho años, pero no hago comentarios sobre personas, ni ahora ni nunca”, se limitó a decir el presidente de Bankia. Más escueto aún fue Jordi Gual: “No hablo de otros bancos”, respondió el presidente de Caixabank al ser preguntando por el posible daño reputacional del sector. El único que admitió algún riesgo para el sector fue Josep Oliu. El presidente del Sabadell, eso sí, alabó la gestión de FG antes y durante la crisis económica. ¿Qué debe hacer el BBVA para solucionar la situación? “No me compete, pero espero que tomen las medidas que tengan que tomar, si tienen que hacerlo, y en el momento en que tengan que tomarlas”, señaló.

Callan todos, también los medios de comunicación. Moncloa.com y El Confidencial se han quedado mudos. Algunas empresas mediáticas espiadas, como Prisa, también. Y todo ello tras la sorprendente intervención de Carlos Torres diciendo que sí cree a FG cuando asegura que no sabía nada de todo esto.

Ya saben: silencio mientras dure la investigación... pagada por el BBVA. Un silencio que da pábulo a cualquier tipo de sospecha. El único que ha mostrado iniciativa en el asunto ha sido el juez Manuel García-Castellón, cuyo juzgado está totalmente desbordado. Lleva Púnica, Lezo, todo Villarejo...

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