Rueda de prensa telemática para presentar los resultados del primer trimestre de Bankia. José Sevilla cree que los objetivos económicos más urgentes que debe afrontar el Gobierno son “asegurar rentas” y “preservar el tejido empresarial” de nuestro país. Para lo primero, el CEO de la entidad cree imprescindible que el Ejecutivo flexibilice los ERTE, tal y como le está pidiendo la patronal, “para no dejar a nadie atrás en esta crisis”.

Ahora bien, preguntado si el ingreso mínimo vital que pretende aprobar el vicepresidente Pablo Iglesias debe ser temporal o permanente, Sevilla ha señalado que eso es “otro debate”, es decir, que no tiene nada que ver con el coronavirus, por mucho que el Gobierno lo quiera vincular a la pandemia.

En cualquier caso, lo que sí parece inevitable es el coste que tendrá la crisis y que “nos dejará una factura que en Europa se dilata en el tiempo y se pagará a muy largo plazo”, ha afirmado. En otras palabras: subirán los impuestos, lo que repercutirá en la recuperación, que será más lenta, es decir, más en forma de L que de U. La V queda descartada.

La entrada del Estado en el capital de empresas en dificultades es otro de los debates. “Si en un momento dado es necesario, debe ser temporal”, ha afirmado. ¿Y Bankia? Sevilla ha descartado cualquier posibilidad de que se convierta en el banco público que pretende Podemos. “No está encima de la mesa de nadie nacionalizar Bankia”, ha dicho. Ahora bien, también ha hecho hincapié en una obviedad: no estamos en el mejor momento para privatizar Bankia, ni siquiera mediante una fusión.

Vamos terminando. Como ya ocurrió con María Dolores Dancausa (Bankinter) y con José Antonio Álvarez (Santander), Sevilla no ha tenido este miércoles ni media crítica a las medidas económicas del Gobierno. Es más, según él, los créditos del ICO van a salvar a muchas empresas de la quiebra.

El ejercicio no pinta bien, desde luego, pero no tan mal como para pensar que Bankia cerrará el año con pérdidas. “El beneficio no será enorme, pero será beneficio”, ha asegurado. Ya veremos. Abril ha sido un mes nefasto para las hipotecas -han caído un 60%- y para los créditos al consumo, que se han desplomado un 80%. Y los bancos viven de eso, de prestar dinero.