- El Santander analiza la compra de la filial en Brasil del banco británico, aunque no hay oferta todavía.
- Pero las cifras hablan por sí solas: todo el balance del HSBC en ese país mueve tan solo 3.500 millones.
- Mientras, las cuentas sospechosas de los brasileños en la filial suiza ascendían a 7.000 millones.
- Y un apéndice: la Justicia helvética investiga la complicidad del HSBC en el escándalo de Petrobras. Los sobornos en la petrolera pública movieron 2.100 millones.
- Otro dato, el último: el Santander pondrá a disposición de las pymes una línea de crédito de 5.000 millones (superior a los activos del HSBC). Paradojas…
El consejero delegado del Santander en Brasil, Jesús Zabalza, admitió este martes en rueda de prensa que el banco que preside Ana Botín tiene en mente comprar el negocio del banco británico HSBC en ese país hispanoamericano. No hay oferta concreta todavía ni garantías de que finalmente adquieran ese negocio, que asciende a 4.000 millones de dólares (3.500 millones de euros). Eso es lo que explican desde el banco español. Desde el banco británico, sin embargo, confían en cerrar la venta de su filial antes de agosto, según Reuters. Al margen de que se concrete o no la venta, la operación suscita una cuantas interrogantes, pero no sobre lo que haga el Santander sino sobre cómo opera el HSBC. ¿Cómo es posible que los activos del banco británico en Brasil estén valorados en 3.500 millones, cuando en ese mismo país, el mismo banco aparece como el noveno en el ranking de mundial de dinero movido en sus cuentas suizas? Algo falla, ¿no creen? O, más sencillo, desvela dos formas de operativa bancaria: una limpia, de red -que es lo que comprará, si compra, el Santander- y otra, más oscura, donde se mueve con soltura el banco británico. En concreto, según las investigaciones en marcha en Brasil, el dinero desplazado a la filial suiza asciende a 7.000 millones de dólares. La información estaba contenida en la listas elaborada por el informático Hervé Falciani, que fue entregada en 2009 a las autoridades francesas. Ojo, y por el número de clientes de cuentas en la filial de Suiza, Brasil ocupa el cuarto lugar y el primero de Hispanoamérica. De hecho, hay 8.667 clientes asociados al gigante iberoamericano con cuentas en la sucursal suiza del HSBC. Después le siguen Argentina, con 3.625 clientes, y Panamá, con 1.211. Y no sólo eso. Las sospechas por la actuación del HSBC se extienden también a su complicidad con el otro escándalo que sacude al país, el de la corrupción en la petrolera estatal Petrobras. Eso lo investiga la Justicia suiza, que trata de averiguar si la filial en ese país del banco británico HSBC ayudó a camuflar parte de los sobornos en que están implicadas la petrolera estatal y otras empresas implicadas. Según las últimas informaciones, la corrupción en Petrobras movió 2.100 millones de dólares en sobornos. En fin, sorprende también que el balance en Brasil del HSBC sea de 3.500 millones, cuando el Santander, más volcado en el negocio típico bancario, a diferencia del banco británico, supera esa cifra sólo con la línea de crédito de 5.000 millones de dólares que tiene prevista para las pequeñas y medianas empresas brasileñas. Rafael Esparza