- El banco gana 371,7 millones de euros (50% más) gracias a los 237 millones obtenidos de la venta de atípicos.
- Y las dotaciones por deterioros aumentan un 41,7%.
- Aunque el negocio típico bancario (margen de intereses y comisiones) ha mejorado y la mora sigue a la baja.
- El banco empieza a engrasar la maquinaria de todas las entidades adquiridas durante estos años.
- Sólo queda que la cotización bursátil abandone la tendencia bajista y vuelva a niveles más aceptables.
Pasada la 'avalancha' sufrida por la entidad presidida por Josep Oliu como consecuencia de la sucesión de fusiones a las que, de forma voluntaria o 'sugerida', tuvo que colaborar, en aras de conseguir una reestructuración más o menos ordenada del sector. Colaboración destinada a minimizar los daños que la sucesión de 'terribles batacazos' han provocado en el sistema financiero español, ha llegado el momento conocer las cuentas del 'año uno', como así encabeza la presentación de sus resultados del ejercicio pasado.
Si nos ceñimos a la cifra principal, a esa que primero buscamos en los informes, me refiero al resultado neto, 371,7 millones de euros, un 50% más que en diciembre de 2013, pues, la verdad, es que mejor no podemos empezar. La verdad es que a mí, enseguida se me han ido los ojos recorriendo la cuenta de resultados para ver de dónde ha podido salir esa cifra, que podríamos calificar como espectacular. Llego a la línea de 'Plusvalías por venta de activos corrientes' ( 236,9 millones de euros) y los viejos fantasmas que pensaba que ya se habían enterrado, me devuelven a la cruda realidad.
'Malditos atípicos': 193 millones de euros más que en 2013. Creo que a partir de este punto voy a ver de otra forma el resto de las cuentas. Ni el crecimiento del margen de intereses que sube un 24,5%, que es una muy buena noticia que denota un resurgir del negocio 'clásico' y, posiblemente, un incipiente crecimiento del crédito al minorista, ni los 860,9 millones de euros de comisiones que representan un 13,3% más que en 2013, me compensan la pequeña decepción.
De hecho, la cuenta vuelve a decepcionar con el aumento del 41,7% de las dotaciones por deterioros, que en 2014 sumaron algo más de 2.499 millones de euros.
Parece que la estructura creada con las integraciones de los pasados ejercicios empieza a estabilizarse en cuanto a costes de administración, que descienden un 2,9% y un leve aumento de los de personal, probablemente debido a los ajustes que deben estar realizando en las plantilla heredadas de las entidades absorbidas.
Para no desentonar, Sabadell al igual que el resto de las entidades, está en la batalla de los 'recursos fuera de balance'. Un 19,7% de incremento es una buena cifra para una entidad donde este negocio en otros tiempos parecía residual. Todo suma cuando la competencia por las líneas de negocio más clásicas es tan fuerte.
En otros aspectos, continua el descenso suave de la tasa de morosidad, un 1,46% menos que la registrada en el final del 2103, y la entrada neta de inmuebles adjudicados, que el 2013 se situó en 388 millones de euros y a finales del 2014 llegó a los -194 millones de euros que, teniendo en cuenta los descensos registrados en los años pasados en los precios inmobiliarios, es una buena cifra.
Como hecho destacado del cuarto trimestre, me ha llamado especial atención la adjudicación de la gestión de 42.900 unidades de activos de la SAREB valorados en 7.000 millones de euros, mediante un acuerdo suscrito por 15 años. Ya conocen mi especial debilidad por Solvia, la gestora inmobiliaria del Sabadell, a la que siempre he considerado como innovadora y modélica en su sector.
Por último, un deseo en alto: ojalá estos resultados ayuden a reconducir la tendencia bajista de la acción del Sabadell que este jueves, a la apertura, cotizaba a 2,23 euros después de haber pasado de 2,47 euros hace dos meses a 2,39 la última semana y a 2,30 ayer.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com