- El análisis de fotografías satelitales revela grandes déficit de biomasa (pastos) en el sur de Mauritania y el norte de Senegal, similares a los de 2011-2012, años de grave crisis alimentaria.
- Se prevé más de 600.000 personas en situación de crisis alimentaria en 2018 en Mauritania y más de 548.000 en Senegal (la mitad en el norte del país).
- Acción contra el Hambre hace un llamamiento a las agencias humanitarias y a los donantes para mitigar los efectos de esta crisis.
"Ha llovido poco y además las precipitaciones han estado mal distribuidas en el espacio y en el tiempo. La situación de los pastores nómadas se ha deteriorado rápidamente. Los pocos pastizales disponibles se están secando rápidamente y mucho antes de lo previsto, lo que genera una fuerte concentración animal en los exiguos pastos y empuja a una gran parte de ellos a una trashumancia precoz hacia
Senegal y Malí", explicaba
Elena Vicario, Directora País de
Acción contra el Hambre en Mauritania en un encuentro informativo.
Además, el fracaso de las cosechas ha provocado ya un aumento de precios en los mercados locales, a la vez que el precio del ganado está bajando drásticamente.
Según los últimos datos de las organizaciones humanitarias presentes sobre el terreno, 378.000 personas se encuentran ya en
situación de crisis (fase 3 de las 5 fases con las que la comunidad internacional clasifica las crisis alimentarias) y más de 600.000 personas podrían encontrarse en fase 3 y 4 en junio de 2018. "Es muy importante destacar que si todo sigue igual, la estación del
hambre, que normalmente dura de junio a septiembre, adelantaría su inicio en 2018 a marzo, con lo que duraría siete meses en lugar de tres", añadía Vicario.
"En Senegal la situación está más localizada en la zona norte del país, pero queda diluida en las cifras nacionales, bastante positivas para el año, lo que invisibiliza la situación de un millón de personas", apuntaba por su parte
Fabrice Carbonne, responsable de Acción contra el Hambre en el país. "Es la
tercera sequía en los últimos seis años en la zona más vulnerable del país. De hecho esta región no se ha recuperado aún de la crisis de 2011 y
supera anualmente los umbrales de emergencia para la desnutrición aguda severa", añadió.
En el corto plazo podemos esperar un aumento de la mortalidad animal y una competición creciente por los recursos naturales. A medio plazo se elevarían los conflictos entre agricultores y pastores ya que los rebaños de estos últimos podrían entrar en zonas de cultivo. También disminuirán los productos animales, una fuente de proteínas indispensable para gran parte de la población del
Sahel.
El análisis de biomasa con imágenes tomadas desde
satélite es una de las piezas claves del sistema de alerta temprana de
Acción contra el Hambre. La biomasa es la materia seca vegetal presente en el suelo que sirve de pasto en una región en la que los pastores y agropastores representan el
30% de la población y el 40% del Producto Interior Bruto. Este indicador, junto a otros como el precio de intercambio del ganado o la evolución de los productos básicos en los mercados, permiten anticipar (y evitar si se ponen los medios necesarios para ello)
crisis alimentarias que pueden afectar masivamente a la región, especialmente a los niños y niñas menores de cinco años.
Acción contra el Hambre hace un llamamiento a las agencias humanitarias y a los donantes para mitigar los efectos de esta crisis y reforzar la seguridad alimentaria y el acceso al tratamiento nutricional hasta la cosecha de septiembre de 2018.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com