El Fiscal General del Estado Álvaro García Ortiz mandaba ayer al Gobierno su carta de dimisión, con un gran cinismo, diciendo que se trata "de un acto debido no solo al Ministerio Fiscal, sino a toda la ciudadanía española". ¿Y por qué no dimitiste nada más ser declarado como investigado por el Tribunal Supremo, que era lo que tenías que haber hecho y lo que hubiera hecho cualquiera con tu mismo cargo en cualquier otro país medianamente serio?  

Mientras, el Gobierno va a por el Tribunal Supremo tratando de desprestigiarlo y acusándolo de prevaricar. Hasta el punto de que el fin de semana se convocaron varias manifestaciones en algunos lugares de España, como delante de su sede en Madrid -aunque con poca gente, esa es la verdad- y en otras ciudades. El mensaje que lanza es muy peligroso y ahonda en el guerracivilismo que nos trajo en su día José Luís Rodríguez Zapatero y que ha alcanzado sus más altas cotas con el Sanchismo...

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