España avanza en la cultura de la muerte, lamentablemente. El Congreso aprobó ayer con el voto favorable de todos los grupos, salvo el PPyUPN, la toma en consideración de una proposición de ley del PSOE para que las personas con una enfermedad grave e incurable y los discapacitados graves crónicos puedan recibir ayuda para morir. La iniciativa, que aborda cuestiones éticas, médicas y jurídicas, permite la objeción de conciencia a los profesionales sanitarios y establece que el derecho a morir dignamente forme parte de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, y que su acceso sea "universal y gratuito".

Y sólo 66.384 de los 860.535 afiliados del PP se han inscrito para participar en la elección del sucesor de Mariano Rajoy, el 7,6%. Este porcentaje tan bajo ha abierto el debate entre los candidatos, algunos de los cuales han pedido incluso que se cambien las normas y los plazos del proceso. Pablo Casado consideró una "malísima noticia" la baja inscripción en el proceso de primarias abierto por el partido y añadió que ello se traduce en que van a participar los afiliados más próximos al "organigrama" que son "más vulnerables a las presiones que se están produciendo por parte de algunas candidaturas".