8:40 de la mañana, viernes 8 de marzo. Varios alumnos intentan entrar en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid cuando un grupo de feministas y feministos les impiden el paso bloqueando las puertas. Los pocos que han conseguido pasar intentan ayudar a los demás estudiantes y profesores que quieren ejercer su derecho de trabajar e ir a clase. “Hemos conseguido entrar, pero han tirado a la chica que tenía detrás al suelo y a mí me han hecho una herida en la muñeca. Son muy violentos”, afirma una estudiante agredida por uno de los piquetes.

Los feministas ‘custodian’ las puertas de la universidad, así como los ascensores; un caso que se repite en otras como la Complutense, la Carlos III, la Universidad de Sevilla, la de Santiago y, así, suma y sigue. De hecho, en la mañana de este viernes, el sindicato de estudiantes llamaba a vaciar las aulas, afirmando que la huelga ha sido secundada por dos millones de estudiantes.

“Les he pedido que respeten mi derecho a ir a clase y me han contestado con que ellos luchan por los derechos colectivos, no por los individuales como el de estudiar”, comenta la alumna después de hablar con los feministas encapuchados y con la cara cubierta.

El sujeto del derecho es la persona individual

UAM

Y esto último es bello e instructivo porque es la sociedad la que reconoce los derechos individuales, no así los colectivos… que no existen. De hecho, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se pueden encontrar un sinfín de ejemplos como “toda persona tiene derecho a la educación” (art. 26) o “nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación” (art. 20). En resumidas cuentas, el sujeto del derecho es la persona individual. Insistimos: los derechos son individuales, no colectivos.

Por cierto, ¿por qué reconocen y respetan el derecho a huelga pero no el de ir a trabajar? ¿Es que su derecho prevalece sobre el de quienes difieren?