El incomparable intelectual de Willy Toledo ha sido absuelto de una ristra de blasfemias repugnantes, ofensivas, vulgares e idiotas. Es un héroe de la libertad de expresión, mientras otros son condenados por expresar una opinión sobre mujeres, homosexuales, persona no blancas, islámicos o cualquiera que no corresponde a, digamos, a la mayoría.

Y esto es bello e instructivo porque si ofendes a un musulmán, no pasa nada, pero si ofendes a Cristo estás ejerciendo la libertad de expresión. Y luego está el antecedente jurídico que creas con fallos como la del amigo Willy.

Ustedes comprenden por qué no creo en la justicia ¿verdad? 

Y ahora querido Willy, sólo te pido que la misma marranada que soltaste contra Dios y la Virgen María, la sueltes contra Alá y Mahoma, su profeta. Venga Willy, ánimo, tú puedes, para que consigas convertirte, ya mismo, en un verdadero mártir de la libertad de expresión. En sentido prístino.