Amazon ganó 9.922 millones de dólares durante los primeros seis meses del año, lo que supone dejar atrás el batacazo que se dio el año pasado, cuando perdió 5.872 millones por culpa de Rivian, su incursión en el coche eléctrico, de la mano de Ford.

La compañía ha ido de menos a más, de tal manera que las ventas del segundo trimestre -134.383 millones, un 11% más- impulsaron el beneficio del trimestre hasta los 6.750 millones. El mercado principal sigue siendo Norteamérica, donde las ventas online alcanzaron los 82.500 millones de dólares, un 11%, seguido del resto del mundo, con unos ingresos de 29.700 millones, un 10% más, y de las ventas de Amazon Web Services (AWS) que, aunque ralentizaron su crecimiento, alcanzaron los 22.100 millones, un 12% más que el año anterior.

El consejero delegado de Amazon, Andy Jassy, admitió que una de las claves del semestre fue la reducción de costes que se concretó en 18.000 despidos, el 6% de la plantilla.

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En España, la reestructuración se concreta en el cierre de la planta logística de Martorelles (Barcelona) y la apertura de dos nuevos centros, uno en la plataforma logística de Zaragoza y otro en Far d’Empordà (Gerona).

Como conclusión: no hay nada como dedicarse a lo que uno sabe hacer. En el caso de Jeff Bezos, a ser tendero y repartidor. Lo malo, en su caso, es que lo hace aprovechándose de su posición de casi monopolio y fagocitando, no ya al pequeño comercio, sino incluso a grandes empresas.