Ursula von der Leyen apuesta por “una reforma estructural del mercado eléctrico”, según ha señalado en la cumbre estratégica de Bled, en Eslovenia. “Una intervención de emergencia” dado que “fue desarrollado para diferentes circunstancias” y al ligar el precio del gas al de otras energías se llega a los “precios desorbitados” actuales. Pero comete un error: olvida a la nuclear, una energía barata y muy limpia.

La presidenta de la Comisión Europea ha pedido una respuesta europea al “chantaje” energético de Rusia: “La era de los combustibles fósiles en Europa se ha acabado y liberarnos del chantaje nos traerá más poder para defender el orden global”. Asimismo, ha destacado que Europa se prepara para cortar los lazos energéticos rusos y “a la velocidad de la luz” está diversificando proveedores (algo de lo que está sacando bastante provecho EEUU, entre otros) y sus suministros han aumentado en 31.000 millones de metros cúbicos de gas. Además, en dos semanas viajará a Canadá para aumentar la asociación con este país. 

 

 

Para Von der Leyen la mejor forma de dejar de depender de Rusia es acelerando la transición verde e impulsando las renovables. “Cada kilovatio de electricidad que Europa genera de energía solar, eólica, hidráulica, biomasa, geotérmica o de hidrógeno verde nos hace menos dependiente del gas ruso”, ha destacado. Pero la presidenta de la Comisión Europea ha olvidado a la nuclear, que genera energía barata, de forma estable, casi sin emitir CO2, garantiza el suministro, no depende de factores meteorológicos, y es el mejor complemento de las renovables en un mix eléctrico que busca la neutralidad en carbono. La nuclear debe formar parte del mix eléctrico europeo y una solución respecto al tema de los elevados precios, podría ser sacar el gas del pool eléctrico y poner precio fijo al resto de tecnologías

Una reforma estructural del mercado eléctrico que Alemania pide que sea rápida y llega después de que Austria y Bélgica pidieran un tope al gas para bajar la luz. La reforma se empezará a debatir en una reunión extraordinaria del Consejo de Energía el próximo 9 de septiembre en Bruselas, según ha anunciado el ministro de Industria checo, Jozef Sikela, días después de que la presidencia checa de la UE solicitara una cumbre energética ante la gravedad de la crisis. En Europa, las cosas, como en palacio, van despacio: recuerden que el tope ibérico tardó unos cuantos meses en ser realidad.