Sam Bankman Fried, fundador de la plataforma de criptodivisas FTX
El consejero delegado de Binance, Changpeng Zhao, se lamentaba así por el fracaso de la transacción. "Es un día triste. Lo intentamos, pero...".
Lo cierto es que el mundo ‘cripto’ tiene todas las características de ser un gigante con pies de barro. Un nuevo capítulo de su vulnerabilidad es lo que ha ocurrido ha FTX. La plataforma de criptoactivos ha iniciado los procedimientos para acogerse a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE UU.
Y lo hace tras quemar su último cartucho porque la plataforma de compraventa de criptomonedas y otros activos criptográficos Binance ha dado marcha atrás en su intención de adquirir FTX, después de analizar sus cuentas y ante las potenciales investigaciones por parte de las autoridades estadounidenses.
"Como resultado de la due diligence corporativa, así como de los últimos informes de noticias sobre el mal manejo de los fondos de los clientes y las supuestas investigaciones de agencias de EEUU., hemos decidido renunciar a la posible adquisición de FTX.com", confirmaba Binance unos días después de haber anunciado un acuerdo para comprar la plataforma.
Este anunció precipitaba a mínimos de 2022 al bitcoin, que no levanta cabeza. En lo que va de año ha caído un 60% y desde noviembre de 2021 un 70%.
Pero no solo se desplomaba bitcoin porque la noticia también impactaba en la segunda criptomoneda más conocida globalmente, ethereum, que caía un 5,22%.
El culebrón sigue y seguirá para FTX ya que, y según Invertia, las autoridades de Bahamas, donde tiene su sede, han congelado los activos de algunas filiales. Y, por si fuera poco, la SEC de Estados Unidos ha abierto una investigación sobre el fundador, Sam Bankman-Fried, por posibles violaciones de la ley del mercado de valores.
Los nueve años de Twitter en Bolsa: debutó a 26 dólares y se despide en los 53 dólares
Su salida a Bolsa se produjo el 7 de noviembre de 2013 y los mercados aplaudieron, ovacionaron este estreno bursátil provocando que las acciones de la compañía llegaran a dispararse un 70% hasta concluir la sesión rozando los 45 dólares, respecto a los 26 fijados para su debut.
Durante todo este periodo, ha habido de todo, altos y bajos más o menos pronunciados, en la cotización de Twitter. Pero el peor momento en los mercados fue mayo de 2016, cuando sus títulos llegaron a caer hasta los 14 dólares. Su mejor momento fue el 1 de marzo de 2021, cuando superó los 77 dólares por acción.
Twitter se despedía en la última sesión, antes de que fuera suspendida de cotización, en los 53,7 dólares muy cerquita cerca de los 54,2 dólares que ha pagado Elon Musk por cada título de la compañía.
Tras el 'desliting' (acto de retirar de las bolsas las acciones de una sociedad, eliminando así su posibilidad de cotizar), Twitter comienza una nueva etapa que se prevé muy distinta a la que acaba de cerrar. Basta echar un vistazo al sunami que se ha vivido en la empresa desde que Musk se convirtiera en su propietario.
Los empresarios recelan de la sostenibilidad: más de la mitad piensa que es una carga económica
Lo dice un sondeo del Instituto de Investigación Capgemini. ‘Un Mundo en Equilibrio: por qué la ambición de la sostenibilidad no se traduce en acción’, lleva por título.
Entre los resultados del sondeo destaca que la sostenibilidad se considera con frecuencia como un concepto que implica costes, en lugar de ser un centro de valor, especialmente en el contexto del panorama macroeconómico mundial.
En este sentido, sólo uno de cada cinco encuestados, el 21%, cree que el modelo de negocio para la sostenibilidad está claro, mientras que el 53% opina que el coste de llevar a cabo estas iniciativas supera el potencial beneficio.
En el caso de las empresas españolas que han participado en el sondeo, una de sus conclusiones principales se argumenta en este mismo sentido ya que casi la mitad de los ejecutivos españoles, un 47%, piensa que las iniciativas de sostenibilidad suponen una carga financiera que es necesario soportar para poder hacer negocios; y el 36% dice que no cuenta con “un argumento empresarial claro” a la hora de cumplir con la sostenibilidad.
Además, el informe revela que muchas empresas no tienen una visión colectiva y coordinada en torno a los esfuerzos de sostenibilidad en todas sus operaciones. Por ejemplo, sólo el 43% de los encuestados afirma que los datos relacionados con la sostenibilidad están disponibles y se comparten con toda la organización.
En total, y según el sondeo, el nivel de inversión en iniciativas de sostenibilidad de las empresas con más de 20.000 millones de dólares de ingresos, de media, representa solo el 0,41% de sus ingresos totales, mientras que las empresas más pequeñas (empresas con ingresos de entre 1.000 y 5.000 millones de dólares) están invirtiendo más (una media del 2,81%), en comparación con la media del 4% para el gasto en I+D de las empresas que cotizan en el S&P 500, a datos de 2021.