Estilo Uber, alta tecnología digital, poca humanidad, nula responsabilidad
Uber Technologies registró pérdidas de 157 millones de dólares (143 millones de euros) en el primer trimestre del año. Para Uber esto es 'mejorar' en un 97% las pérdidas obtenidas en el mismo periodo del anterior ejercicio: sí, pierde menos, pero sigue perdiendo y continúa sin ser rentable, según informó la plataforma de servicios de transporte y movilidad.
Los resultados de este primer trimestre hacen que la plataforma de movilidad haya registrado de nuevo 'números rojos', hasta los 5.930 millones de dólares (5.394 millones de euros), pero al mercado parece que no le importa y, al cierre de este artículo, Uber se dispara un 11.55% en bolsa.
Uber obtuvo un resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de 761 millones de dólares (692 millones de euros), lo que supone una mejora del 353% de la rentabilidad del negocio, incluyendo un aumento del 72% en el segmento de movilidad, hasta 1.060 millones de dólares (964 millones de euros), y de casi diez veces en el área de 'delivery', hasta 288 millones de dólares (262 millones de euros).
Por su lado, la cifra de negocio de la plataforma ascendió a 8.823 millones de dólares (8.025 millones de euros), un 29% más que en el primer trimestre de 2022, con un aumento del 72% de la facturación del negocio de movilidad y del 23% en las ventas del reparto a domicilio.
Uber se puede resumir en cuatro palabras: monopolio, explotación, apalancamiento y polémica. Sencillamente, el líder de vehículos de alquiler con conductor (VTC), se carga al sector del taxi, ofreciendo precios por los suelos y mejor servicio. Cuando elimina a su competidor y consigue el monopolio del sector, la cosa cambia: los precios suben y el servicio deja mucho que desear
Por áreas geográficas, los ingresos de Uber en EE.UU. y Canadá crecieron un 12%, hasta 5.132 millones de dólares (4.668 millones de euros) y un 31% en Latinoamérica, hasta 565 millones de dólares (514 millones de euros), mientras que en Europa, Oriente Próximo y África (EMEA) aumentaron un 86%, hasta 2.094 millones de dólares (1.905 millones de euros) y un 41% en Asia Pacífico, hasta 1.032 millones de dólares (939 millones de euros).
"Obtuvimos una rentabilidad y un flujo de caja libre récord en el primer trimestre, y estamos preparados para expandir la rentabilidad nuevamente en el segundo trimestre", dijo Nelson Chai, director financiero de Uber.
Uber se puede resumir en cuatro palabras: monopolio, explotación, apalancamiento y polémica. Sencillamente, el líder de vehículos de alquiler con conductor (VTC), se carga al sector del taxi, ofreciendo precios por los suelos y mejor servicio. Cuando elimina a su competidor y consigue el monopolio del sector, la cosa cambia: los precios suben y el servicio deja mucho que desear.
Además, a la vista de los resultados, se demuestra que la compañía funciona con apalancamiento y pérdidas, se le permite tener un alto nivel de endeudamiento, a pesar de sus pérdidas. Facilidades que ya les gustaría tener a muchas otras empresas españolas…
Sin olvidar las polémicas en las que se ha visto rodeada la compañía desde su fundación: acoso laboral y sexual, espionaje... Y la más sonada, el programador y empresario estadounidense Travis Kalanick fundó Uber en 2009, pero fue obligado a dejar su cargo como director ejecutivo en 2017 tras las presiones de los accionistas. La polémica siempre ha acompañado a Kalanick pero su caída fue marcada por un vídeo del propio Kalanick, muy bien acompañado por dos mujeres, tratando de manera despectiva con un conductor de Uber, cuando éste se quejó de las bajas tarifas del servicio, a lo que el empresario le contestó: "¿Sabes qué? A algunas personas no les gusta asumir la responsabilidad de su propia mierda. Culpan a alguien más de todo lo que pasa en sus vidas. ¡Buena suerte!". Todo un líder y emprendedor progresista.
Tan progresista que la empresa de Kalanick es una de las que pagan los gastos de viaje a empleadas para abortar, es decir, explotación laboral y salarios indignos, que no permiten fundar una familia. Pero Kalanick lo soluciona: paga el aborto, que sale más barato.