El mensaje del sector a la vicepresidenta Económica, Nadia Calviño -que cree “inaceptables” los sueldos de los banqueros, más aún si están ejecutando un ERE-, ha sido unánime y se puede resumir en la explicación que ofreció el viernes el consejero delegado del BBVA, Onur Genç: “El BCE tiene un reglamento muy detallado sobre los plazos, los múltiplos, los requisitos y, además de esas normas, la remuneración de las entidades financieras la fijan los órganos sociales y la aprueban los accionistas”.

Además, los banqueros se quejan de que esa regulación no les permite competir de igual a igual con otros mercados -por ejemplo, el de EE.UU- a la hora de contratar o mantener el talento. No se puede retener a los mejores si en otros mercados les pagan más.

Todo eso está muy bien, pero, ¿de qué estamos hablando? Las remuneraciones de los principales banqueros españoles en 2020, año de pandemia, fueron millonarias, y eso que se redujeron el sueldo. Así, Ana Botín cobró 6,8 millones, un 31% menos que en 2019, y su consejero delegado, José Antonio Álvarez, 3,4 millones, un 50% menos que el año anterior. En diciembre de ese mismo ejercicio, el Santander firmó un ERE para 3.570 trabajadores y no descarta aplicar más ajustes en los próximos meses.

Igualmente comprometido es el caso del BBVA, que está negociando el mayor ERE de su historia, y los sindicatos no esperan muchas concesiones. 3.450 empleados -el 15% de la plantilla en España- mientras su presidente, Carlos Torres, ganó 4,1 millones en 2020 (-44% respecto a 2019) y el consejero delegado, Onur Genç, 3,4 millones (-45%). El BBVA tampoco descarta más ajustes de plantilla cuando finalice el actual. Como se pueden imaginar, el ambiente en la casa, principalmente en la red comercial, no es el mejor.

Las cúpulas de Santander y BBVA son las mejor pagadas, con mucha diferencia sobre el resto. Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, la mayor entidad en nuestro país, ganó 2,8 millones en 2020 (-24,6% respecto a 2019) y el expresidente no ejecutivo, Jordi Gual, 1,3 millones. José Ignacio Goirigozarri, por su parte, ganará 1,6 millones como presidente no ejecutivo, que podría sumar otros 200.000 euros de variable. Goiri ganó 500.000 euros en Bankia en 2020, después de renunciar al bonus. En algo sí coincide Caixabank con Santader y BBVA: tras la fusión con Bankia, la entidad negocia un ERE para 8.300 empleados, el 19% de la plantilla. 

El Sabadell también está en un proceso de cambio, tanto en la cúpula como en la plantilla. César González-Bueno ha sustituido a Jaime Guardiola como consejero delegado y cobrará 2 millones fijos anuales más un variable que podría alcanzar los 1,2 millones. El presidente, Josep Oliu, en 2020 ganó 1,9 millones (-20%), cobrará algo más de 3,5 millones -entre fijo y variable- a partir de este año, a pesar de abandonar funciones ejecutivas. Guardiola, por su parte, ganó 1,4 millones en 2020 (-23%) y se marchó con un plan de pensiones de 25 millones de euros. Todo eso mientras el banco cerró un ERE en diciembre para 1.800 empleados, proceso que ha concluido durante el primer trimestre.

El más moderado del Ibex es Bankinter: su Ceo, María Dolores Dancausa, ganó 1,2 millones en 2020 (-13%) y el presidente no ejecutivo, Pedro Guerrero, 969.441 euros (+1%). A diferencia de los demás, Bankinter no ha hecho ningún ajuste de plantilla.

¿Limitar las remuneraciones de los banqueros? Tal vez deberían ser ellos mismos los que se bajaran el sueldo, más aún mientras llevan a cabo durísimos ajustes de personal.