Francisco Quintana explica en LinkedIn que, en ING, se encarga de la estrategia de inversión, “vinculando el análisis de la economía y los mercados financieros con los productos que diseñamos para los ahorradores”, que en la última década he hecho análisis macro y de mercados en los sectores de banca e inversión en el Golfo Pérsico y que ha trabajado en el diseño e implementación de políticas públicas en el Ayuntamiento de Madrid y en organizaciones internacionales como el Banco Mundial, experiencia que define como “maravillosa en un 80%” porque “me permitió conocer a mucha gente brillante, vivir en países de los que había leído en libros de aventuras de pequeño y “un 20% frustrante por la burocracia y la falta de impacto”.

Malagueño, del barrio de Huelin, nos cuenta en esta entrevista que, “y en palabras de un jefe muy inteligente que tuve”, sólo necesitas conocer dos cosas para invertir: cuánto tiempo puedes esperar y cómo eres capaz de dormir con estrés. “De hecho, se está más abierto al riesgo cuando tiene las necesidades cubiertas y un buen pedazo de su patrimonio en inversiones seguras”.

Asegura, además, que es más importante el plazo que la edad a la hora invertir para jubilación o, simplemente, para comprarte un piso. “Si empiezo a ahorrar a los 30 con la intención de comprar un piso a los 40, la estrategia es similar a la del que empieza a ahorrar a los 60 para complementar su jubilación a los 70”.

Y cómo “no es necesario ir por el mismo camino para llegar al mismo destino” recomienda para una persona de 50 años que invierta para cuando deje el mercado laboral, “una cartera con un 90% en bolsa y un 10% en oro”.

A la pregunta, ¿de dónde venimos (2021) y a dónde vamos (2022)? Francisco Quinta responde: “2022 debería ser una versión “light” de 2021. Los mismos tres ingredientes —crecimiento alto, inflación alta y política monetaria expansiva— pero todo con menor intensidad”.

¿Quién es Francisco Quintana?

En el trabajo, un tipo que intenta hablar de economía e inversión de manera que se entienda. Fuera del trabajo, un montón de cosas más.

¿Dónde nació?

En Málaga. Crecí en el barrio de Huelin. En los años 80 era el barrio con menos zonas verdes de España. Pero teníamos el mar.

¿Cómo fue su paso por el Banco Mundial?

80% maravilloso, porque me permitió conocer a mucha gente brillante, vivir en países de los que había leído en libros de aventuras de pequeño, y, sobre todo, darte el lujo de trabajar para reducir la pobreza, o al menos intentarlo. Un 20% frustrante por la burocracia y la falta de impacto.

Acepto que el ser humano es una máquina muy mal diseñada para la inversión

 "Un paseo aleatorio por Wall Street", de Burton Malkiel. ¿Es uno de sus libros de cabecera?

No de cabecera. Es un buen libro, muy pedagógico, interesante y útil, pero tiene debilidades. La principal es que se deja grandes cuestiones sin responder. Sobre todo, la más importante: ¿por qué invertir? La idea central es que los mercados se mueven de manera aleatoria. Si eso es todo lo que hay, ¿quién querría meterse en algo aleatorio?

Tampoco me enamora el aparato teórico que usa, que es, principalmente la teoría de mercados eficientes de Fama que tiene mucho de esos mundos ideales que nos enseñaban en la facultad —sin costes de transacción, con información perfecta— y que yo no he visto en el mundo real. Mi visión de la inversión tiene menos matemática: a) Creo —y esto es una cuestión de fe— en el progreso de la humanidad en su conjunto, en que dentro de 30 años estaremos mejor que ahora; b) Entiendo que el mundo es un lugar con demasiadas variables para ser modelizado con un mínimo de confianza; y c) Acepto que el ser humano es una máquina muy mal diseñada para la inversión.

Nos ponemos nerviosos y metemos la pata. Malkiel comparte el concepto de imperfección del ser humano y de que no podemos saber qué va a pasar, pero comparto la crítica extendida de que es difícil casar dos de las ideas que usa: que el inversor es un desastre psicológico pero el mercado en su conjunto es altamente eficiente.

Y Malkiel dice: “empieza a ahorrar cuanto antes, e invierte tu dinero en un fondo indexado con bajas comisiones”.

Y lo comparto. No es necesario ir por el mismo camino para llegar al mismo destino. Esa frase tan sencilla resume muchas décadas de aprendizaje en finanzas. Tenemos la certeza de que el largo plazo y la diversificación son elementos que reducen el riesgo, y de que no controlamos el retorno de una inversión pero sí sus costes. El resto es detalle.

Estamos ante dos teorías enfrentadas, la de Malkiel y la de Buffett.

Si hablamos sobre inversión en valor, el padre de la teoría es más Benjamin Graham que Buffet, y sí, en parte están enfrentadas. Como narrativa, me gusta más la de la inversión en valor. Es una historia mejor: las empresas tienen un valor real, que es diferente del de mercado. Aplicando un buen análisis podemos calcular ese valor real, que no todos son capaces de ver en el corto plazo, y con el tiempo, el mercado se dará cuenta de su error y convergerá hacia ese valor “real”.

La política monetaria de un país como EEUU es como un trasatlántico

Es una narrativa muy potente, tiene un aire de guion de película, y hay mucha gente muy capaz haciendo esos análisis. Lo que pasa es que luego comparas los datos de la rentabilidad obtenida por los gestores (de cualquier estilo de inversión, no sólo valor) con los del mercado en general y no queda más remedio que admitir que raras veces funciona con poca frecuencia. Por supuesto que siempre habrá alguien que lo que haga mejor que el mercado incluso en periodos largos, pero sólo conocemos sus nombres a toro pasado. ¿Por qué algunos lo consiguen? Taleb, por ejemplo, dice que es matemáticamente inevitable.

Si hoy empiezan 1000 gestores a invertir, incluso si invierten de manera aleatoria, en 10 años habrá 100 que superen al mercado, y en 20 años puede haber quizás 10, pero siempre los habrá. Lo difícil es saber de antemano qué 10 son.  

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¿En base a qué se debe construir una cartera?

Un jefe muy inteligente que tuve siempre decía que sólo necesitas conocer dos cosas para invertir. Cuánto tiempo puedes esperar y cómo eres capaz de dormir con estrés. De hecho, Malkiel tiene una tabla aconsejando tipos de inversión en función de la profundidad de sueño deseada. El único factor que añadiría es la renta inicial. Uno es más abierto al riesgo cuando tiene las necesidades cubiertas y un buen pedazo de su patrimonio en inversiones seguras.

Los clientes… ¿son muy… pesados? Entiéndame, ¿están sobre informados?

No, los nuestros no son nada pesados. Al contrario. Son ahorradores que se acercan a la inversión más por necesidad que por placer, y lo hacen con demasiado respeto. Nosotros queremos ayudar a que pierdan ese miedo, porque tiene un coste enorme en las finanzas familiares, pero siempre teniendo en cuenta que a la gente le interesa su familia, su trabajo, sus amigos, y sus aficiones. Pretender que la inversión sea un elemento central de sus vidas es irreal e innecesario, pero hay que familiarizarse un poco con estos productos en un entorno de tipos tan bajos. El cliente sobreinformado existe pero en entornos más específicos.

 ¿Cuál es la teoría, los fundamentos en los que se basan las carteras de ING?

Los que enumera Malkiel: diversificación, costes bajos y largo plazo, que incluye el tener la sangre fría de no ir entrando y saliendo del mercado en función de las noticias del día. A un inversor experto le puede resultar decepcionante, pero es que la fórmula para beneficiarse de la bolsa es tan sencilla como eso. Lo difícil es ejecutarlo.

¿Hay que reducir la exposición a España, al mercado español?

Para el inversor medio español, sí, igual que el inversor australiano tiene que reducir la exposición al mercado australiano. El sesgo de invertir en casa porque sentimos familiaridad con ese mercado es universal. El problema es que al dejar tu dinero en casa aumentas el riesgo por dos vías: primero estás poniendo parte de tu patrimonio en un rincón pequeñito del mundo.

España ha calculado mal la recuperación del turismo, del consumo, y la capacidad de invertir el dinero europeo

Si va mal la banca, el turismo, o Hispanoamérica —por nombrar algunos de los rasgos que definen al Ibex— tienes un problema grande, aunque el resto del mundo vaya bien. Pero es que, además, ese mercado, España, es el mismo en el que tienes tu trabajo, tu vivienda, y tus ahorros líquidos en el banco. Si pasara algo en España, ¿no tendría más sentido que el dinero que hemos sido capaces de ahorrar estuviera protegido por todo el mundo? Es como apostar todo a un solo número en la ruleta.

Zonas, países, sectores, materias primas… ¿Dónde nos quedamos, hacía dónde miramos?

Yo me pienso quedar en el mismo sitio y mirando en la misma dirección: invertido en todo y sin buscar atinar con sectores o empresas específicas. Pero el consenso ahora muestra una preferencia clara por las empresas que ganan con la aceleración de la actividad y con un poco inflación, como energía, banca o turismo. También para Europa, que tiene más peso de cíclicos. Y de nuevo, un año malo para la renta fija.

No sé si podría recomendar, por edad, las carteras que tiene su banco. No es lo mismo empezar a invertir con 30 años que con 60, digo yo.

No lo es, pero es más importante el plazo que la edad. Si empiezo a ahorrar a los 30 con la intención de comprar un piso a los 40, la estrategia es similar a la del que empieza a ahorrar a los 60 para complementar su jubilación a los 70. Pero el principio general es siempre igual: si tienes tiempo, 10 años o más, podemos cargarnos de bolsa sin miedo.

A medida que se acerca el momento en que vas a necesitar el dinero, hay que ir transformando la cartera en algo más conservador. Pero vamos, a una persona de 50 años que invierta para su jubilación —y que no tenga problemas de sueño— yo le recomendaría una cartera 90, que tiene un 90% de bolsa y un 10% de oro, a modo de seguro.

Una persona de 60, que va a necesitar el dinero en quizás 5 años, puede estar servida con una cartera 60-40 (60% de bolsa y 40% de bonos). Las carteras más conservadoras, con sólo un 10 o un 20% de bolsa son más bien para intentar no perder poder adquisitivo con tu dinero, sin más, o para periodos de inversión muy cortos.  

Las gestoras independientes hablan siempre de conflicto de interés en las gestoras de los bancos…

Nosotros trabajamos con gestoras externas, las de mayor reconocimiento mundial.

Como narrativa, me gusta más la de la inversión en valor. Es una historia mejor

En 2021 se ha hablado sobre todo de inflación y de normalización de la política monetaria. ¿De qué se va a hablar en 2022?

De lo mismo, junto con las nuevas variantes de la pandemia, que también estaban continuamente en los titulares. No cambia el entorno de manera mágica el 31 de diciembre.

La inflación en records, ¿ha sido la circunstancia más inesperada?

Probablemente sí. En el plan inicial la inflación empezaba a remitir en septiembre, nadie contaba con que estuviera en máximos hoy. También fue una sorpresa el buen funcionamiento de las vacunas, que en enero no era evidente.

Jerome Powell ha sido reelegido ¿va a haber continuidad en la política de la FED?

Creo que sobrevaloramos la capacidad de un presidente de la Fed para definir la política monetaria. La política monetaria de un país como EEUU es como un trasatlántico, que no puede virar en espacios cortos y tiene mucha inercia. Viene definida más por la macro y por la visión de grupo del comité, que por el presidente, y es bueno que así sea.

Es verdad que la macro y la visión del grupo pueden cambiar con rapidez. Lo hemos visto hace unos días, cuando han anunciado que esperan tres subidas de tipos en 2022, cuando hace 9 meses no esperaban subidas hasta 2024. Pero, insisto, esos cambios dependen menos del presidente que del entorno. Dudo que Bernanke o Yellen estuvieran haciendo algo distinto.

Nuevo Gobierno en Alemania, y un ‘halcón’ al frente del ministerio de Finanzas, Christian Lindner. ¿Se entenderá con Christine Lagarde?

No es más halcón que otros ministros de finanzas que han pasado por ahí. Alemania es un pilar de Europa y del euro. Alemania podía haber sido un problema en la crisis de 2008 cuando tuvo que decidir si aceptaba o no muchas de las nuevas medidas. Dudo que ahora, con menos desafíos, se conviertan en un problema. Se entenderá con Lagarde.

España a la cola de la recuperación europea. ¿Qué ha pasado o que está pasando?

Pues calculamos mal la recuperación del turismo, del consumo, y la capacidad de invertir el dinero europeo. Y eso se ha llevado un par de puntos de crecimiento esperado, que probablemente no se recuperen. Es decir, no es crecimiento pospuesto.

El cliente sobreinformado existe pero en entornos más específicos

¿Por qué han reaccionado los mercados de manera tan exagerada con la variante ómicron?

No comparto la visión de que sea exagerada. La información es incompleta y cada uno hace sus cálculos lo mejor que puede. Ómicron puede ser leve o catastrófico y tenemos muy pocos datos para saberlo. Es normal que los precios den bandazos. En cualquier caso, las valoraciones están muy altas en los mercados, hace mucho que no vemos una corrección fuerte y eso crea un entorno de nerviosismo.

¿De dónde venimos (2021) y a dónde vamos (2022)?

Si miras las previsiones económicas y de política monetaria, 2022 debería ser una versión “light” de 2021. Los mismos tres ingredientes —crecimiento alto, inflación alta y política monetaria expansiva— pero todo con menor intensidad que en 2021.