PRISA está ahogada financieramente -esto no es nuevo- y tuvo que acudir al mercado, otra vez, en enero para captar 100 millones y poder pagar parte de la deuda a corto plazo. Lo curioso es que este modo de proceder extraordinario se ha convertido en habitual en la compañía que preside Joseph Oughourlian. Cualquier otra empresa en esa misma situación habría cerrado hace muchos años.

Pero Pedro Sánchez necesita a PRISA y PRISA necesita a Sánchez, para sobrevivir. El presidente del Gobierno ha llamado a BBVA, Santander y Caixabank para que apoyen al grupo propietario de El País y la SER. Existen varias maneras de apoyar: mediante la inversión en acciones -es la manera menos eficaz y más comprometedora-, mediante la refinanciación de deuda -más eficaz y menos comprometedora-, o financiando jornadas y cursos, la manera más eficaz y todavía menos comprometedora.

En Moncloa están tranquilos: los tres bancos están por la labor, especialmente el BBVA de Carlos Torres, ahora el más próximo a Sánchez, como hemos adelantado en Hispanidad. Ana Botín, tras marcharse de PRISA dando un portazo, ha vuelto al redil sanchista y no tiene reparos en afirmar que nunca antes habíamos tenido a tanta gente trabajando. Eso, a pesar de que España lidera el paro de toda la OCDE. Caixabank, que tiene a la Sepi en su accionariado, tampoco se ha salido del guion y completa el trío salvador.

Mientras tanto, la batalla interna desatada tras el repentino fallecimiento de Miguel Barroso, no ha concluido ni mucho menos. Para empezar, Pepa Bueno, directora de El País que seguía escrupulosamente las directrices editoriales de Barroso, no acepta a José Miguel Contreras como superior, tras su nombramiento como jefe de contenidos de PRISA Media. Sí lo acepta María de los Ángeles Barceló Suárez, popularmente conocida como Ángels Barceló, estrella mediática de la cadena SER, pero es que la radio siempre ha sido distinta al papel.

Para enredar un poco más la situación, también hay que contar con Jordi Gracia, nombrado presidente del Consejo Editorial de PRISA Media. ¿Por qué iba a ceder Gracia sus competencias editoriales a Contreras? Contreras, por su parte, defiende que, como director de contenidos, todo debe pasar por sus manos. En definitiva, a Barroso nadie le discutía su ‘ordeno y mando’, pero Barroso ya no está y nadie quiere ceder lo que considera su parcela de poder. Y eso sin contar con los cercanos a Sánchez, por ejemplo, Luis Arroyo, presidente del Ateneo, o los Varela Entrecanales, accionistas de PRISA que quieren hacerse valer, pero que ya han recibido la correspondiente advertencia: no os salgáis de vuestro papel de meros inversores.

Nadie podía esperar la muerte de Barroso, y menos todavía que coincidiera en el tiempo con la de César Alierta, muñidor de la PRISA actual cuando todavía era presidente de Telefónica. Lo hizo de la mano de Amber Capital, cuya cabeza visible actual es Oughourlian, a la sazón, presidente de PRISA, aunque no manda nada, ni siquiera en Amber. Ahí está la clave: en quién está realmente detrás del fondo. Cuando lo sepamos, sabremos quién manda en PRISA.