En la semana en la que prácticamente todas las sociedades del Ibex 35 quieren dejar presentadas sus cuentas del primer semestre del ejercicio, esta mañana nos llegan los resultados de Endesa. Y el recibimiento en bolsa no ha sido bueno: la cotización caía un 2,5% al mediodía, siendo la tercera más elevada dentro del selectivo español. 

Puede que para algunos pueda seguir suponiendo un sorpresa que en un contexto como el actual, con una continua curva de subida en los precios de la energía eléctrica, con la más que acelerada normalización de la producción industrial post-pandemia que empieza a situar en cifras normales los consumos tanto privados como industriales y que queda reflejada tanto en las cifras de energía distribuida como en energía vendida a terceros que crecen un 9% y un 2% respectivamente, el resultado de Endesa sea de 832 millones de euros (M€), 294M€ menos que en 2020 (-26,2%). Vamos a por más detalles que nos dejen ver donde se justifican estas diferencias.

Hace un año, recogía un impacto neto positivo de 267M€ por la entrada en vigor del nuevo convenio colectivo y provisiones por acuerdos de reducción de plantilla. En el actual, recibe un impacto de 194M€ por derechos sobre emisiones de CO2

Para empezar, lo haremos por recordar que en el pasado ejercicio se recogía un impacto neto positivo de 267M€ motivado por la entrada en vigor del nuevo convenio colectivo marco y provisiones por acuerdos de reducción de plantilla. En el actual, se recoge también un impacto de 194M€ por derechos sobre emisiones de CO2.

Los ingresos se sitúan en 10.272M€ tras crecer un 15,6%, con aumentos de un 5,1% en las ventas y de un 156,8% en los otros ingresos de explotación. Estos últimos ascienden a 1.587M€, de los que 1.378M€ (un 86,8% del total) corresponden a variaciones de derivados y que han evitado un peor resultado. Los aprovisionamientos, 7.426M€, crecen un 24,6%, donde los otros aprovisionamientos variables, 2.098M€ (+98,1%), son superiores al 2020 por variaciones en derivados y compras de energía de 2.369M€ (+31,0%), que son son las principales partidas que han registrado crecimientos importantes y que en su 99,9% corresponden al negocio de generación y comercialización. Hay que recordar que Endesa ha basado principalmente su negocio en la intermediación de energía, en un contexto de un alza de precios como el actual este modelo de negocio se resiente por los costes de compra que ha de soportar y que reducen mucho sus márgenes, como en este semestre que quedan en 2.846M€, un 2,6% menos que en el pasado ejercicio en plena pandemia.

La deuda financiera neta alcanza en este semestre los 8.184M€, cifra que representa un 18,6% más, y el ratio de endeudamiento se eleva al 53,81%

Los costes de personal son aproximadamente iguales a los del pasado ejercicio sin tener en cuenta los 267M€ positivos registrados en 2020 por reversión de provisiones y el resto de los gastos de explotación disminuyen en un 2%.

El resultado financiero de 20M€ es un espejismo, la adicción a la deuda que tiene la compañía solo puede presentar este resultado con un extraordinario recibido de 71M€ por intereses de demora por la retribución de derechos de emisión. La deuda financiera neta alcanza en este semestre los 8.184M€, cifra que representa un 18,6% más que en el pasado ejercicio en la que como es costumbre incluían el generoso pago de dividendos que ascendía a 745M€ y 812M€ en inversiones que representaban un 11,5% más que en 2020 y que eleva el ratio de endeudamiento al 53,81%, un 5,78% más que en el pasado ejercicio.

La generación de efectivo asciende a 492M€, 503 menos que en el primer semestre del 2020, de ellos 345M€ debido a cambios en capital circulante. Con estas cifras de generación de efectivo, el desempeño durante estos seis meses, en los que genera menos efectivo, la situación del mercado energético que no tiene ninguna traza de, como mínimo, a corto plazo cambiar, las retrocesiones de provisiones (que evidentemente no generan efectivo, pero si aumentan el resultado) y el compromiso para este ejercicio del pago de un dividendo del 80% del beneficio ordinario, el destino es el mismo que en anteriores ejercicios: el incremento de deuda.

El CEO, José Bogas, apoya las negociaciones que se encamienen a reducir el actual precio de la energía para el consumidor y confía en que el anteproyecto que recorta la retribución del CO2 de nucleares, eólicas e hidroeléctricas anteriores a 2005 mejore en la tramitación

No es de extrañar la plena disposición del CEO de Endesa, José Bogas, para apoyar negociaciones que se encaminen a reducir el actual precio de la energía para el consumidor. Y no por conciencia social si no societaria, porque en ello va un resultado satisfactorio para su matriz en este ejercicio que se presenta bastante difícil. En concreto, Bogas ha pedido una “reforma” de la tarifa regulada como medida para proteger a los consumidores domésticos de electricidad del actual contexto de altos precios en el mercado mayorista, que “no está beneficiando a las compañías eléctricas como Endesa, ya que tenemos vendida a clientes energía a precios menores de los que está marcando el pool”. Asimismo, el CEO de la energética se ha pronunciado sobre la propuesta del Gobierno de reducir la retribución del CO2 de nucleares, eólicas e hidroeléctricas anteriores a 2005:  “está basada en fundamentos erróneos, como que esas instalaciones están totalmente amortizadas, pese a las ingentes inversiones realizadas en ellas desde el año señalado en el anteproyecto de ley”, y confía en que en la tramitación del anteproyecto todas las partes sean escuchadas y el “resultado final sea más razonable”. Y es que dicho anteproyecto, tal y como se ha presentado, podría restar entre 200 y 500M€ a las eléctricas