Se dice que la Justicia para ser buena tiene que ser rápida. Pues bien esto con carácter general, por supuesto hay excepciones, no sucede.

Caso real. Procedimiento contencioso administrativo abierto por Auto de un Juzgado de marzo de 2022, por el que, se aceptaron todas las pruebas propuestas por las partes. Incluidas las solicitadas como “ampliación”, a la vista del contenido de la contestación a la demanda.

Se nos plantea a continuación -a través de la Diligencia de fecha de abril- un primer problema. Citan a los peritos para el día 13 de noviembre de 2023 para rendición de dictámenes e interrogatorios. Es un problema de “turnos” del único Juzgado de la ciudad. Pero no se puede hacer nada. Se ha de esperar a ese día, con lo cual, a buen seguro, no se tendrá Sentencia hasta principios de 2024, en el mejor de los casos.

¿Es esto normal?

Si el sistema informático de que disfruta la Agencia Tributaria se le diera a la Justicia, y el de la Justicia pasara a la Agencia Tributaria tendríamos más y mejor Justicia, y una persecución del contribuyente más renqueante. Seríamos más felices. 

El Estado gasta para esquilmar al ciudadano pero no para servirle. 

Lo que no sea cobrar para seguir engordando no le interesa. La Justicia no es simpática al Estado porque tiene que ser eso: justa. Y eso concilia mal con el mantenimiento de los abusos a los que lamentablemente nos estamos acostrumbrando. 

Mientras tanto a pagar, a pagar y a pagar.  

A los políticos no les interesa que funcione la justicia porque saben que es el único poder que les pone trabas y que se pueden cargar el sistema.

No invierten un euro. Es una vergüenza cuando se dilapida dinero público en chorradas y mientras en los Juzgados hay una carga de trabajo inasumible y con escasos medios.

De ahí que muchos se vean desencantados y abandonen la carrera, pues ya ni tienen el prestigio que antaño se les proporcionaba sin hablar de la renumeracion económica que no está acorde con la función que desempeñan.

Efectivamente al PSOE y al PP el funcionamiento de la maquinaria judicial (ya no digo del Poder Judical) les importa lo mismo: un pimiento. 

El PSOE la odia si no la controla. El PP ni siquiera eso: directamente la desprecia. 

Y hay tres cosas en la vida que no tienen vuelta atrás:

-la palabra dada

-la flecha lanzada y

-la oportunidad perdida.

No perdamos la oportunidad de invertir en la Justicia, que constituye además uno de los defectos estructurales del Estado Español.