Advertíamos en Hispanidad del 'marrón' que Escrivá deja a Saiz: el gasto en pensiones ascendió a 24.000 millones de euros en noviembre. Exactamente fueron 12.100,8 millones de euros para el pago de la nómina ordinaria mensual y otros 11.823 millones de euros para el pago de la extra. A lo que hay que sumar que en 2024 las pensiones subirán otro 3,8%.

La subida está muy bien, el problema es de dónde sale el dinero, el gasto en pesiones se come la gran partida presupuestaria, casi el 40%, pagada con el dinero de todos. El sistema está quebrado y lo que hace, antes Escrivá, ahora Saiz, es aumentar el gasto. 

Pero ahora no somos nosotros los que lo decimos, sino la OCDE, que advierte de que los nuevos ingresos "sólo cubren parcialmente el aumento del gasto" que viene, sobre todo, del restablecimiento de la revalorización con la inflación.

Basándose en las proyecciones financieras que ha hecho la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) sobre el impacto de la reforma, es decir, de la inminente subida, la organización concluye que los gastos van a subir más que los ingresos, es decir, quiebra absoluta. 

En concreto, señala que las medidas que se han adoptado para aumentar los fondos (aumento de las bases máximas de cotización, la cuota de solidaridad o el mecanismo de solidaridad intergeneracional) aportaran el equivalente al 1,3% del PIB en 2050. Sin embargo, el gasto en pensiones va a crecer un 2,4% del PIB, principalmente por la indexación de la inflación. 

Además, señalan desde la OCDE que el gasto en pensiones en España, que supone el 12,3 % del PIB, está por encima de la media de la OCDE (8,9 %), y de la Unión Europea (8,5 %).