Naturgy ultima un pacto con el Gobierno argelino para renovar el acuerdo de gas procedente del país, aseguran a Hispanidad fuentes del mercado. El presidente de la compañía española, Francisco Reynés, se vio obligado a participar de forma telemática el pasado jueves 29, en el Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que se celebró en Bilbao, porque lleva días negociando con Sonatrach y con el Ejecutivo de aquel país.  

Y la negociación está a punto de dar resultado. Recuerden: Naturgy tiene un contrato de suministro de gas argelino que terminará en 2030, a razón de seis BCM por año. Pero ojo, lo que se negocia es la renovación de precio. En este caso para el trienio 2022-2024 y, ojo, serán nuevos precios con efecto retroactivo a aplicar a partir del 1 de enero. 

Mientras, el gasoducto Argelia-España-Italia continúa adelante... pero a doña Teresa Ribera continúa sin gustarle el gas

Recuerden: tanto Sonatrach como Naturgy, cada tres años, abren una ventana en la que se renegocia el precio, siempre que comprador o vendedor lo soliciten y según la evolución de precio del gas en los mercados internacionales. Una ventana a través de la cual, en este caso, al revés de lo que ocurrió para el periodo 2020-2022, es Argelia a que reclama una subida de precio. 

Sí, la salida de pata de banco de Pedro Sánchez, quien traicionó a los saharahuis y cedió el Sáhara a Mohamed VI, ha supuesto un mayor esfuerzo negociador por parte de Naturgy. Los argelinos respondieron con la consigna de "no tenemos nada contra España, sólo contra el Gobierno español" y hasta podría suceder que la decisión de Sánchez provocara un rocambolesco acercamiento entre Argel y Rabat y un alejamiento mutuo de ambos países respeto a España. 

Europa no influye en la OPEP. Con la que está cayendo, los productores van a discutir una reducción de la producción, lo que puede disparar el precio del crudo

Pese a todo lo anterior, Teresa Ribera sigue en su postura antigás. Es más, ni tan siquiera muestra especial entusiasmo ante el gasoducto MidCat, al que se niega Francia, que no quiere depender de España.

La tesis de Ribera es que el desorbitado precio del gas pasará a mejor vida, antes que después y entonces ya podemos volver a la electrificación y prescindir del gas y del petróleo.  

Y por cierto, no parece que Europa tenga influencia alguna sobre la OPEP: con la que está cayendo, los productores de petróleo se reúnen en Viena con la intención, no muy sana, de reducir la producción y aumentar el precio del crudo, que, de hecho, ya ha subido en la jornada de hoy hasta situarse en los 88 dólares.