Parece que se viven malos tiempos para la distribución de cine, sobre todo por culpa de la crisis del Covid-19, pero también del auge y la fuerte competencia del sector del streaming (Netflix, Disney+, HBO Max, Amazon Prime Video...). Cinesa, líder de la distribución en España, acumula unas pérdidas de 75,1 millones e ingresos de 109,6 millones en los dos últimos años (2020 y 2021), lejos de las cifras prepandemia que obtuvo en 2019.

Cinesa pertenece al gigante europeo de distribución cinematográfica Odeon Cinemas Group, que a su vez es filial de la estadounidense AMC Theatres, la cual es propiedad del grupo chino Wanda. Y el Covid-19 y sus muchas restricciones le han pasado factura en los últimos años: si en 2019, logró un beneficio neto de 4,8 millones y unos ingresos de 168 millones, en el acumulado de los dos años siguientes no ha logrado ni recuperar ni siquiera acercarse a las cifras que publica Expansión. Es cierto que el ejercicio 2020 fue mucho peor que el 2021 -finalizado el pasado 26 de diciembre-, pues los números rojos se situaron en 48,4 millones y aunque un año después estos bajaron a 26,7 millones, la recaudación de los cines cayó un 60% respecto a la preCovid, a 251,9 millones, y también la cifra de espectadores, hasta situarse en 41,7 millones.

Es cierto que el ejercicio 2020 fue mucho peor que el 2021 en resultados: en este último, los números rojos bajaron a 26,7 millones, pero la recaudación de los cines y la cifra de espectadores cayeron un 60% respecto a la preCovid

Hace unos meses, Cinesa aprobó una reducción de capital del 65% para compensar los dos años de pérdidas, hasta 15,2 millones. Asimismo, Odeon Cinemas Group amplió la línea de crédito concedida a la líder española hasta 100 millones y los accionistas “prestarán el apoyo financiero necesario para posibilitar el cumplimiento de los compromisos y de las obligaciones de pago contraídas por la sociedad y asegurar la continuidad de sus operaciones”.

Cinesa confía en que con la reanudación paulatina de la actividad y las negociaciones con arrendadores y otros acreedores para reducir o diferir alquileres y otros gastos, pueda lograr “resultados y flujos de efectivo positivos en los próximos ejercicios”. Aunque el camino no estará exento de riesgos, como la reducción del tiempo de exhibición de películas entre su estreno y su disponibilidad en plataformas, o la calidad y el acceso al contenido.

En paralelo, la británica Cineworld, la segunda mayor distribuidora del mundo, ha señalado que entre las opciones que estudia para su reestructuración está la posibilidad de presentar de forma voluntaria la suspensión de pagos en EEUU. En todo caso, Cineworld ha señalado que espera mantener sus operaciones de manera habitual y continuar con su negocio a largo plazo sin un impacto significativo en sus empleados. Hace unos días, advirtió que a pesar de que se está dando una recuperación gradual de la demanda desde abril de 2021, “los niveles de admisión recientes han estado por debajo de las expectativas” por el número limitado de estrenos.