"Nos apoyamos en la tecnología, pero sobre todo en el profundo conocimiento del equipo"
Dice Ana Guzmán Quintana en su perfil de LinkedIn que su trabajo es añadir a la rentabilidad, el riesgo y la diversificación un factor diferencial: el impacto social y medioambiental, un coctel atractivo para un perfil de inversor que “estaría dispuesto a contribuir a soluciones que busquen mejorar la sociedad”.
Esta experta en gestión de activos, a la que le encanta su trabajo… “porque a lo largo de mi carrera he tenido la suerte de estar involucrada en proyectos muy interesantes”, que considera la formación como un hobby, y que ocupa parte de su tiempo libre en Aires, asociación que promueve la inclusión social para personas sin hogar, dice estar plenamente convencida de que la gestión de activos juega un papel fundamental en la sociedad “porque una adecuada planificación financiera es clave para la toma de decisiones a futuro".
Llegó a Portocolom AV hace dos años segura de que, desde el punto de vista personal, “cobraba todo el sentido para mí alinear los propósitos financieros de los clientes con sus valores y objetivos. Esto fue lo que me llevó a dar el salto y hacerlo en una entidad con una marcada filosofía basada en el servicio a los clientes”.
Una cartera de clientes compuesta principalmente por instituciones y fundaciones religiosas “ya que, tanto el profundo conocimiento de este segmento religioso por parte del equipo como por el perfil de inversión, hace que tengamos un peso importante en clientes de Iglesia”.
El objetivo de Portocolom, que invierte tanto en países desarrollados como emergentes, es que las carteras sean 100% sostenibles. Y van por el buen camino porque, “a día de hoy” nos dice Guzmán, “el 85% aproximadamente está invertida bajo esos criterios”.
- ¿Qué es lo que tiene la gestión de activos que le atrae tanto, como ha dicho en varias ocasiones?
Efectivamente tengo la suerte de dedicarme a un sector que me gusta mucho. Durante mi trayectoria profesional, además, he trabajado en distintos puestos dentro de la gestión de activos, desde análisis y gestión a desarrollo de negocio y márketing, lo que me ha hecho tener una visión bastante amplia del negocio. Se trata de una industria en constante evolución donde la formación y el análisis continuo de tendencias, la economía, el perfil de los clientes, etc. es clave. Además, creo que la industria de gestión de activos juega un papel fundamental en la sociedad puesto que, junto con las decisiones relacionadas con la educación y la salud, entre otras, una adecuada planificación financiera es clave para la toma de decisiones a futuro. Y quizá lo más importante, a lo largo de mi carrera he tenido la suerte de trabajar en proyectos muy interesantes y rodeada de excelentes profesionales con los que he crecido tanto profesional como personalmente.
- ¿Quiénes han sido tus referentes, profesionalmente hablando?
Mis mayores referentes son mis padres: además de que creo que es difícil desvincular la persona del profesional, por lo que los valores y la educación recibida marca en todos los aspectos de la vida, tengo la suerte de que mis padres me hayan dado muchas de las herramientas que me han ayudado profesionalmente: curiosidad, capacidad de trabajo, de compartir, humildad, capacidad de adaptación al cambio… También mis hermanos, ya que soy la menor de cuatro y los tres son grandes profesionales. Mi marido, que además de compañero de vida es compañero de profesión. Y por supuesto, los jefes que he tenido a lo largo de los años de los cuales he aprendido aspectos positivos y en ocasiones, cualidades que me gustaría no desarrollar. Y por supuesto compañeros de trabajo de los que he aprendido.
En nuestro sector, el pez más grande no es el que se come al pequeño, sino el más rápido
- ¿Cómo llega a Portocolom dónde trabaja desde hace dos años?
Antes de incorporarme a Portocolom era la responsable para el sur de Europa de Aberdeen Standard Investments, desarrollando además funciones internas como la de responsable de la estrategia de diversidad e inclusión para Europa, o participar en comités de desarrollo de producto entre otras: desde esta ventana al exterior veía cómo la inversión sostenible y de impacto daba pasos imparables en otros países, siendo una tendencia además apoyada por una serie de cambios estructurales de la sociedad (cambios en perfil de consumo, inquietudes de los trabajadores, concienciación social, digitalización, necesidad de propósito y pertenencia, etc.), mientras que aquí en España todavía no se habían dado apenas pasos: desde el punto de vista de negocio consideraba que cuando llegase el momento, sería más necesario que nunca un asesoramiento basado en la independencia y el conocimiento de la industria. Y desde el punto de vista personal, cobraba todo el sentido para mí poder contribuir a alinear los propósitos financieros de los clientes con sus valores y objetivos. Esto fue lo que me llevó a dar el salto y hacerlo en una entidad como Portocolom AV, con una marcada filosofía basada en los valores y vocación de servicio a los clientes. El balance de estos dos años no puede ser más positivo: tanto por el interés tan abrumador por la sostenibilidad por parte de la industria como por el enfoque basado en sostenibilidad que hemos desarrollado y la respuesta de los clientes. Pero por encima de todo por el equipo que forma la entidad, los cuales tratamos de ser coherentes con su filosofía en todos los aspectos del negocio y a nivel personal.
- Recientemente Portocolom ha evolucionado a agencia de valores para poder realizar gestión discrecional de carteras. Es un salto muy importante…
Es un salto muy importante, y también en cierto modo natural: la figura de agencia de valores nos proporciona un mayor nivel de autonomía en la relación con nuestros clientes, consideramos que puede ayudar a facilitarles las cosas. Con la ampliación de funciones que nos otorga la figura de AV, incorporando al asesoramiento el servicio de Recepción y Transmisión de Órdenes (RTO), integramos la ejecución tras la recomendación convirtiéndolo en un proceso directo donde el cliente puede olvidarse una vez nos confirma la operación. Y para aquellos clientes que prefieren delegar el día a día de su cartera y a la vez dormir tranquilos, con la Gestión Discrecional de Carteras les damos respuesta.
Añadimos además una mayor eficiencia en coste, ya que asumimos labores que, hasta ahora, por las características de la figura de EAF, tenían que asumir los bancos.
- Y este salto ¿será el que les permita duplicar los 800 millones que gestionan en dos años tal y como prevén?
Personalmente considero que el crecimiento cuantitativo sostenido en el tiempo es resultado del crecimiento cualitativo. En este sentido, una figura que nos proporcione más agilidad y capacidad de dar distintos tipos de servicios, por supuesto debería ser una herramienta que ayude a crecer, pero no el único ni el más importante: estamos haciendo un esfuerzo muy potente en desarrollar las herramientas adecuadas que nos permitan ayudar a nuestros clientes a tomar las decisiones que mejor se ajusten a su perfil de rentabilidad, riesgo y horizonte temporal combinando además un impacto positivo en la sociedad y/o el medioambiente, y además, que lo puedan monitorizar y medir a lo largo del tiempo. Aquí me gustaría destacar tanto nuestro modelo interno de aproximación a las inversiones líquidas mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como nuestro programa de inversión en activos ilíquidos de impacto. Nos apoyamos en la tecnología, pero sobre todo en el profundo conocimiento del equipo. Y nuestros informes de impacto gracias a los cuales podemos mostrar a nuestros clientes cómo están contribuyendo a determinados objetivos con sus inversiones. Además, tenemos muy clara nuestra hoja de ruta y la importancia de contar con un equipo humano comprometido. En el último año hemos contratado a 5 personas y conforme vayamos necesitando, iremos incrementando el equipo.
Espero que los daños que ha provocado la pandemia no se traduzcan en un exceso de desigualdades
- Su cartera de clientes está compuesta principalmente por instituciones y fundaciones religiosas, ¿no es así?
Contamos con una cartera diversificada entre clientes de elevado patrimonio, entidades financieras como gestoras de fondos de inversión, planes de pensiones y bancas privadas, y clientes religiosos e instituciones fundacionales. Es cierto que tanto el profundo conocimiento del segmento religioso por parte del equipo como por el perfil de inversión que persigue dar respuesta a las necesidades financieras y sociales o ambientales, hace que tengamos un peso importante en clientes de Iglesia, pero se trata de una base de clientes muy diversa, lo cual beneficia a todos los clientes en su conjunto.
- Dice en su perfil de LinkedIn que su trabajo es añadir a la rentabilidad, riesgo y diversificación un factor diferencial: el impacto social y medioambiental. ¿Es un cóctel atractivo para el inversor en este momento?
Creo que si le preguntamos a cualquier inversor si le gustaría, sin sacrificar rentabilidad o incrementar el riesgo, contribuir a la búsqueda de soluciones que tengan un impacto positivo en la sociedad o en el medio ambiente, o que ayuden a hacer que las compañías lleven a cabo un camino de transición hacia una economía más sostenible a medio y largo plazo, la respuesta, salvo contadas ocasiones, será que por supuesto. También creo que en determinadas ocasiones los inversores se han visto un poco defraudados por productos que no cumplían con las expectativas planteadas. Es por ello por lo que la figura de un asesor independiente que ayude a seleccionar las estrategias que más se adaptan a los perfiles de los clientes es esencial, así como la labor de formación y de ayudar a saber qué se puede esperar y qué no, o qué está motivado por una moda o circunstancia coyuntural.
- ¿Qué diferencia hay entre ISR, ESG o el impacto?
El problema es que hasta ahora no tenemos una definición común para clasificar las inversiones sostenibles con lo que cada persona tiene distintas interpretaciones o aproximaciones. En Portocolom AV distinguimos entre inversión con impacto e inversión para impactar para tratar de dar respuesta a esta falta de definición.
La inversión con impacto busca la creación de valor económico de forma que también genere valor para la sociedad. Estaríamos hablando de negocios tradicionales cuyo objetivo es tratar de hacer las cosas de manera cada vez más responsable, no sólo maximizando valor para sus accionistas sino también para su entorno (clientes, trabajadores, accionistas, proveedores, comunidad…).
La inversión para impactar tiene como base la innovación social y se centra en buscar soluciones que respondan a un problema social o medio ambiental. A la hora de tomar decisiones, el factor diferencial es el impacto positivo que tenga la empresa por lo que el inversor está dispuesto a tener un horizonte temporal mayor y a maximizar el trinomio rentabilidad financiera, riesgo, impacto. Por el lado del empresario, su empresa no habrá tenido éxito si al retorno financiero no le acompaña el retorno proveniente de dar respuesta al reto social o ambiental que se había propuesto.
Entender e interiorizar esta distinción es importante puesto que da respuesta a las bondades de integrar estos factores en las carteras. En definitiva, se desmonta el mito de que la inversión sostenible es menos rentable que la tradicional.
Me preocupa la mala praxis que podría producirse al calor de la moda 'sostenible'
- ¿Diseña las carteras a medida, es decir, con el grado de ‘impacto’ que el cliente quiere asumir?
Depende del tipo de cliente y servicio: en el caso de clientes que buscan asesoramiento, les ayudamos a diseñar las carteras bajo la triple dimensión de rentabilidad, riesgo e impacto adaptado a las áreas que tienen más importancia para ellos: educación, eficiencia energética, salud, innovación, agua limpia y saneamiento… Para aquellos clientes que prefieren tener una gestión discrecional delegada contamos con carteras modelo en las cuales llevamos a cabo las decisiones en función de las oportunidades que mejor se adaptan al perfil de riesgo y buscando impactar de manera diversificada en aquellos aspectos que consideramos más relevantes.
- ¿Con qué otros activos tradicionales trabajan las carteras de impacto?
Nosotros invertimos en todo tipo de activos tanto líquidos (bonos, acciones, fondos, ETF) como ilíquidos (private equity, deuda, infraestructura, inmobiliario…).
- ¿La pandemia ha cambiado las preferencias por determinados tipos de fondos?
Más que cambiar las preferencias, creemos que la pandemia lo que ha hecho ha sido confirmar una tendencia que ya estábamos viendo, acelerando la transición por parte de los clientes desde activos más tradicionales hacia activos donde la sostenibilidad tenga un grado de protagonismo. Otra de las cosas que creemos ha hecho ha sido confirmar la importancia de sectores como la educación, la salud, las nuevas formas de trabajo, el medioambiente y la necesidad de destinar recursos a estos sectores.
- ¿En qué sectores y en qué empresas invierten actualmente y en qué países?
Nuevamente nuestras carteras son globales, por lo que invertimos tanto en países desarrollados como emergentes, ajustando por el perfil de riesgo. Consideramos que la asignación táctica de activos cada vez debería estar más enfocada en tendencias globales que en áreas geográficas y en sectores y así es como nosotros trabajamos.
- España, ¿cómo está presente?
La inversión que tenemos en España está materializada vía fondos para impactar (ilíquidos) cuyo objetivo es dar respuesta a retos sociales o ambientales de nuestro país que además puedan ser escalables y replicables en otros países. Aquí estamos invertidos en fondos que a su vez invierten en compañías relacionadas con educación, empleo, soluciones relacionadas con la salud (terapia génica, cuidado de dependientes), desigualdades sociales, despoblación rural, eficiencia energética y energía renovable.
- El objetivo de Portocolom es tener una cartera de inversiones 100% sostenibles. De momento, ¿han logrado cumplir con ese 5% que se marcaron para 2020 a pesar de la pandemia?
El objetivo de Portocolom es que las carteras sean 100% sostenibles, teniendo invertidos entre un 5% y un 10% de los activos en inversiones para impactar, ilíquidos. A día de hoy, el 85% de las carteras aproximadamente está invertida bajo criterios sostenibles (en mayor o menor grado de profundidad). En cuanto a las inversiones ilíquidas, el porcentaje varía en función del cliente, pero en torno al 3% de las carteras están invertidas en esta tipología de activos y vemos continuamente oportunidades para seguir incrementando este porcentaje.
La inversión que tenemos en España es vía fondos para impactar (ilíquidos) con el objetivo de responder a retos sociales o ambientales
- Nos decía Mª Ángeles León, de ‘Global Social Impact Investments’, aquí hace poco que “la filantropía no basta para salir de la pobreza”.
Creo que filantropía e inversión son complementarias y han de ir de la mano para dar respuesta a los numerosos retos sociales y ambientales a los que nos enfrentamos: al igual que hay determinados retos sociales a los cuales a día de hoy no es posible dar respuesta sin tener un cierto carácter concesional, si se quiere dar soluciones duraderas en las cuales se produzca un crecimiento coordinado del conjunto de la sociedad y que provoque cambios reales en el medio ambiente, el papel de los inversores privados que busquen retornos de sus inversiones es clave.
- ¿Teme que se desvirtúe la palabra sostenibilidad que tan de moda está?
Cuando algo se pone de moda de manera muy rápida, el riesgo de desvirtuar la esencia existe y por supuesto no se debe ignorar. También es cierto que cuando la moda se dirige a aspectos positivos para la sociedad, bienvenida sea: al igual que la búsqueda de la alimentación saludable, el ejercicio, la lectura… por supuesto habrá gente que pasado el tiempo puedan bajarse de la tendencia, pero el beneficio está ahí, sobre todo para crear conciencia. Me preocupa más la mala praxis que podría producirse al calor de la moda y que podría perjudicar gravemente.
- El sector, la gestión de activos, ¿se está ‘uberizando’, como ha dicho usted en alguna ocasión?
Yo creo que la sociedad en general se está uberizando: la entrada de plataformas de economía colaborativa, la desintermediación, la entrada de nuevos actores, la tecnología, la libertad de movimientos de bienes y servicios, el abaratamiento de las herramientas… todo esto no hace sino que nos encontremos en un entorno deflacionario donde el pez más grande no es el que se come al pequeño, sino el más rápido y que más capaz es de adaptarse al entorno cambiante. Y la industria de gestión de activos que además no deja de ser un reflejo de la economía real, está afrontando los desafíos que conlleva esta uberización: pero todo reto lleva una oportunidad asociada.
- Tengo entendido que le gusta mucho la formación, incluso como hobby.
Creo que la educación es la herramienta capaz de provocar los mayores cambios en la sociedad. Y creo en la transmisión de conocimiento y de valores como aspectos esenciales para la formación de profesionales. He tenido la suerte de contar con excelentes profesores y compañeros de trabajo que me han ayudado a avanzar en mi carrera y estar donde estoy con lo que es una manera de devolver a la sociedad lo que he recibido, así como una manera de ayudar a que otras personas puedan desarrollar su carrera en un sector que, como decía, creo que bien entendido tiene un verdadero poder transformador de la sociedad.
La educación es la herramienta capaz de provocar los mayores cambios en la sociedad
- Y, además, es asesora técnica de Aires, asociación que promueve la inclusión social.
Aires es una Asociación para la Inclusión Residencial y Social. Somos una entidad sin ánimo de lucro que nace en 2015 para facilitar y apoyar los procesos de inclusión social de las personas que se encuentran en situación de sin hogar. La manera de afrontar la intervención de las personas sin hogar es diferencial, puesto que apuestan por la recuperación de la persona de manera integral mediante la metodología Housing First y buscando la creación y el mantenimiento del proyecto vital de la persona a través del empleo. Además, es una asociación centrada en mujeres sin hogar, ya que son las mujeres las más vulnerables y expuestas a mayores riesgos cuando se enfrentan a situaciones de sinhogarismo.
- Pero… ¿es fácil gestionar todo esto y tener tiempo para el ocio, el descanso o el no hacer nada…?
Es verdad que “no hacer nada” es algo que no encaja mucho con mi manera de ser… soy una persona muy curiosa y disfruto emprendiendo nuevos proyectos o aprendiendo de cosas nuevas. Hay veces que no es fácil encontrar el equilibrio entre este nivel de actividad con el ocio y el descanso, pero es cuestión de organización y de establecer las prioridades que corresponden a cada momento. Y la verdad es que los fines de semana y las vacaciones las disfruto muchísimo.
- ¿Cómo desconecta, entonces?
Lo que más valoro es estar con mi familia y con mis amigos. Y con ellos disfruto de risas, conversaciones, viajar, hacer deporte, leer, cocinar y sobre todo de su cariño y compañía.
- Por último, ¿qué espera de este 2021?
La verdad es que vivimos en un periodo tan complejo e incierto que lo que espero de 2021 es que poco a poco podamos retomar la normalidad y no vivir en este estado de angustia por la salud de nuestros seres queridos permanente. Y espero que los daños que ha provocado la pandemia tanto sociales como económicos sean coyunturales y no se acrecienten en exceso las desigualdades sociales.