Mientras se celebraba la Junta de Accionistas de Banco Sabadell, este miércoles en Alicante, fuera del recinto los sindicatos protestaban por las condiciones laborales y reivindicaban sus posiciones en el nuevo convenio colectivo, actualmente en negociación con la patronal AEB.

Como era de esperar -sucede todos los años-, los sindicatos aprovecharon el turno de intervenciones para exponer sus quejas y exigir al Consejo de Administración que haga lo que dice y comparta los beneficios de 2023 -“el mejor ejercicio de su historia”, según Josep Oliu-, también con la plantilla.

Ni Oliu ni César González-Buenos eludieron la cuestión laboral. El presidente afirmó que, tanto el banco como el Consejo, “escuchamos lo que nos dicen” y recalcó la capacidad de diálogo mostrada siempre por la entidad, una capacidad que “espero que mantengamos en el futuro”, afirmó.

El consejero delegado, por su parte, dio un paso más y se comprometió a mediar en la negociación actualmente en marcha. “Hablaremos tanto con las plantillas como con los nuestros”, señaló González-Bueno.

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Al margen del convenio, Oliu zanjó los rumores de fusión, sobre todo con Unicaja. “No contemplamos nada”, afirmó, aunque no descartó una operación en el largo plazo. En cualquier caso, el presidente aseguró que “el banco no hará ninguna operación que no tenga sentido, tanto para los accionistas como la estabilidad del sistema financiero”, afirmó.

También zanjó los rumores sobre un posible cambio de sede, como ya hiciera el martes, durante un encuentro con la prensa. “No hay ninguna razón hoy para que haya cambios”, señaló.

La anécdota de la junta la protagonizó un accionista de avanzada edad, que solicitó que no retiren las cartillas. “Estoy peleado con las nuevas tecnologías”, afirmó. El caso es que, en su réplica, Oliu no mencionó las cartillas y antes de que tomara la palabra el siguiente accionista, se escuchó fuera de micrófono la petición desesperada del anterior: “¡No quiten las cartillas, por favor!”. Pero ni aún entonces hubo respuesta.